Una pista inexplorada

La trama andorrana del GAL no ha sido investigada aún en profundidad por el juez de Bayona Armand Riberolles, encargado de la instrucción del sumario sobre la organización terrorista. Desde que se iniciaron las pesquisas sobre la red estructurada por Amedo e Hítier sólo se han efectuado en Andorra tres indagaciones oficiales; las dos primeras relacionadas con Dominique Thomas, la supuesta Dama Negra del GAL. Esta investigación provocó la detención de Dominique Thomas, que se encuentra actualmente ingresada en la prisión de Burdeos y a quien se le imputa un delito de asesinato y otro de asociación ilegal.

La tercera investigación tenía como único objetivo interrogar a Joan Pau Rosell, un ex armero afincado en Andorra, empleado municipal de Sant Julià y colaborador asiduo de una publicación local, Poble Andorrà. Rosell proporcionó algunas de las armas utilizadas por los comandos terroristas estructurados por el subcomisario Amedo. Los policías franceses, comisionados por eljuez; de Bayona, interrogaron al comerciante, pero éste no pudo identificar a su comprador ocasional ni proporcionar ningún dato fiable, ya que aseguró que nunca pregunta el nombre a sus clientes. Sin embargo, Rosell pudo ofrecer a los investigadores un dato en principio escandaloso pero que después ha demostrado ser de escasa credibilidad: un número de teléfono que coincide con el de una dependencia del Ministerio del Interior, y que dijo que se lo había dado su cliente.