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Los jueces de Andorra también buscan a Hitier, el 'hombre de Amedo en Francia'

Christian Hitier, el hombre de Amedo en Francia, detenido desde el pasado mes de noviembre en la prisión de Tarbes por sus supuestas implicaciones con los GAL, tiene pendiente de cumplimiento, una sentencia condenatoria impuesta en Andorra a raíz de una deuda contraída con un constructor. La sentencia no pudo ser cumplimentada al no poderse localizar a Hitier, que huyó del Principado acosado por las dificultades económicas. En la aventura andorrana de Hitier hay dos testigos excepcionales, amigos personales, comerciantes de profesión y que cuentan con antecedentes criminales.

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Una pista inexplorada

El 23 de enero de 1987 un juez de Andorra dictó una sentencia por la que se condena a Christian Hitier a pagar 632.800 pesetas a un constructor de la localidad a quien había alquilado un local de Encamp para convertirlo en restaurante y club de jazz. En la misma sentencia, a la que este periódico ha tenido acceso, se impone al jefe de los GAL una sanción de 20.000 pesetas para financiar las costas procesales. La sentencia, sin embargo, no ha podido ser cumplida, ya que Hitier huyó de Andorra meses antes de que se dictase el veredicto, cuando surgieron los primeros roces con el arrendatario.Hitier fue visto por última vez una noche de diciembre de 1986 en Andorra, vaciando el local en litigio y metiendo los objetos de valor en una camioneta. Aquella misma noche Hitier acudió al Angel Blau a escuchar jazz y a sentarse al piano, donde permaneció tocando durante dos horas. Luego desapareció.

Hitier se instaló en Andorra en 1980, después de dejar una estela de deudas contraídas en Pau, donde había intentado, sin éxito, abrir un comercio de antigüedades y objetos relacionados con el III Reich. El comercio de la avenida Jean-Mermoz, de Pau, tuvo que cerrar, y Christian Hitier optó por trasladarse a Andorra e iniciar una nueva vida. Atrás quedaban sus padres, su hermana -casada con uno de los constructores más prósperos de la zona- y una mujer y tres hijos que habían decidido separarse de él.

Una aventura fracasada

La aventura andorrana de Hitier fue también un fracaso. Residió en tres municipios diferentes e inició unas tempestuosas relaciones sentimentales con una francesa, empleada en unos grandes almacenes, que acabó abandonándole. Pero Andorra también fue el escenario donde Hitier, Jean Philippe Labade, José Amedo Fouce y Michel Domínguez estructuraron y organizaron la rama francesa de los GAL. De allí salieron armas y comandos que actuaron en el País Vasco francés, entre ellos el que por error asesinó, en diciembre de 1985, en Biarritz, al ciudadano Robert Caplanne.La primera residencia de Hitier en Andorra fue en un apartamento de la parroquia de La Massana -Edificio El Vedat-, de donde pasó más tarde al hotel Giltor, situado en Escaldes, que arrendó y en el que abrió un club de jazz y restaurante, que perdió por impago del alquiler. En 1985 se afincó en Encamp y se asoció a dos misteriosos y enigmáticos personajes: Paul Fernand Hersent y Marcel Staes. Abrió un club de jazz restaurante, que bautizó con el nombre de Club El Águila y que se clausuró también por impago de alquileres.

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El más íntimo de los amigos andorranos de Hitier es Marcel Staes, un belga de 43 años de edad nacido en la ciudad de Lokeren, al norte de Bruselas. En su ficha policial, a la que ha tenido acceso este periódico, aparecen numerosas detenciones por quiebra fraudulentas. Una de las últimas detenciones conocidas data del 25 de octubre de 1985, al ser localizado en la frontera franco-andorrana y apresado por los gendarmes. Staes fue entregado a Bélgica, donde cumplió una condena de 18 meses de prisión por irregularidades contables en la gestión de un negocio. El pasado mes de marzo fue detenido nuevamente, junto con Hitier, en Moucron (Bélgica), acusado también de estar implicado en los GAL. El juez decretó finalmente su libertad después de un mínucioso interrogatorio.

Janno de Beul, de 18 años, hija adoptiva de Marcel Staes, fue la última compañera de Hitier. Vivían juntos en Mucron, donde nació su hijo Carlos y donde Hitier había intentado rehacerse de su penúltima crisis económica y sentimental. Pero los proyectos se interrumpieron con la llegada de la policía.

Un misterioso anticuario

Otro amigo importante en la aventura andorrana de Hitier es Paul Fernan Hersent, de 46 años, nacido en Rennes (Francia), dedicado a negocios de antigüedades. Hersent tiene antecedentes criminales por robo de vehículos y utilización de matrículas falsas, y ha cumplido en los últimos años dos órdenes judiciales que le prohibieron, primero, resídir en su ciudad natal de Rennes durante cinco años, y después, establecerse en cualquier punto de la región Ille et Vilaine. La última referencia de su ficha policial sitúa a Hersent en las puertas de la prisión de Angers, de donde salió en 1973 tras cumplir una condena por robo.Hersent abrió en Andorra, junto con su esposa, un negocio de antigüedades, que bautizó con el nombre de Dickens y al frente del cual colocó un hombre de paja: un carpintero a quien por estos menesteres se le ofrecieron 5.000 pesetas mensuales. Hersent se asoció en 1985 con Hitier para poner en marcha el club de jazz El Águila, situado en la urbanización El Balcón de Encamp. La asociación Hitier-Hersent coincidió con el nacimiento de la trama de los GAL en Andorra, con la aparición en el enclave del subcomisario José Amedo y sus reuniones con Jean Philippe Labade. Hersent decidió entonces poner fin a sus relaciones con Hitier.

Este misterioso personaje acabó clausurando también su comercio de antigüedades y desapareciendo de Andorra. Hace pocos días, su esposa regresé al enclave para desmontar la residencia, embalar sus pertenencias y remitirlas a Portugal. No quiso explicar dónde se encontraba su marido, pero aseguró que Hersent no tiene nada que ver con los GAL.

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