Una bomba de vacío
Una de las alternativas de tratamiento más ingeniosas -en fase de registro sanitario y comercialízación en España- es una bomba de vacío para la consecución de erecciones a voluntad. "La sangre entra en el pene y así el paciente consigue una erección en un par de minutos. Se coloca una anilla de goma constrictiva en la base y eso permite que el miembro se mantenga erecto durante una media hora, período tras el cual se debe retirar la anilla", dice el urólogo español Jiménez Cruz.El aparato ha sido utilizado por unos 15.000 pacientes en Estados. Unidos desde hace 13 años. Los fabricantes del modelo norteamericano aseguran que solamente un 1% de los casos abandona el tratamiento debido a mólestias o dolor y refieren un porcentaje de éxitos que supera el 90%.
El urólogo Navío Niño reprocha al artilugio que la erección que se consigue con él no es de calidad. "Tiene la ventaja de que no se opera al paciente y de que es barato [cuesta unas 37.000 pesetas al cambio]", añade Jiménez Cruz, que asegura que el modelo español estará más perfeccionado.
Va dotado de pilas o de un acumulador para asegurar una autonomía de unas horas. Se ha utilizado sobre todo como coadyuvante en casos de tratamiento psicoterapéutico de la impotencia, y se ha considerado una ayuda para averiguar el grado de interés por la actividad sexual de enfermos que son candidatos a un tratamiento definitivo.
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