Perder el 'sentío'
Carlos Cano Sale al escenario a los sones de un pasodoble. Es alto, moreno, moruno, de pelo ensortijado, de planta muy torera. Le envuelve esa nube de melancolía que acompafla a muchos granadinos desde los tiempos de Boabdil. Carlos Cano posee casi todos los ingredientes para ser una primerísima figura en el mundo del espectáculo: voz cálida y sensual, talento, sensibilidad y bellas canciones. Pero él es artista de fronteras, cosa excitante para un creador, pero que implica riesgo permanente de indefinición. Está embrujado por la tonadilla, pero se resiste a abandonar ciertos modos de cantautor tradicional que le tienen como atrapado y que desdibujan su personalidad, sobre todo en los conciertos.Carlos Cano necesita dar todavía otro paso adelante, ponerse al mundo por montera, vestir el alma con bata de cola, desmelenarse. En definitiva, perder el miedo y el sentío. De lo contrario su espectáculo puede rondar los límites de la monotonía. Cano, que prepara minuciosamente sus actuaciones, sin embargo descuida la puesta en escena. Entre canción y canción no sabe qué hacer, y lo soluciona con parlamentos que suenan a rancio. A la hora de interpretar también se queda a medio camino. Su tinúdez le impide dar rienda suelta a toda la pasión que lleva encima. Le falta ejercitarse en el arte del desplante, el quiebre y la chicuelina. En sus gestos y en su forma de moverse por el escenario se sigue pareciendo más al típico cantautor que a Miguel de Molina. A los cantautores quizá se les tenga que agradecer muchas cosas pero desde luego no su puesta en escena. Los cantautores, Carlos Cano incluido, debieran aprender a salir al escenario como lo hace Juanita Reina. Ejecuta, sí, ciertos acercamientos a los grandes del género, a las tonadilleras de postín, pero todo se reduce a palparse reiteradamente el abdomen y la pantorrilla. Carlos Cano, si quiere mandar en el escenario, tiene que revestirse de poderío, de empaque, de genio y de desparpajo.
Benjamín Torrijos (piano), Anais Greco (bajo), Oswaldo Greco (bandoneón), Teodoro Vinagre (batería), Mario Juárez (guitarras), Luis Miguel Lara, Asunción González y Antonio González (bandurrias), Carlos Montero (guitarra y dirección musical)
Teatro Alcalá Palace. Madrid, del 16 al 20 de noviembre.
Por lo demás, su repertorio es magnífico. Maneja con dominio la melodía y la copla popular; los arreglos musicales son auténtica filigrana del excelente músico Carlos Montero.
Versiones
Carlos Cano combina sabiamente sus propias canciones con versiones estupendas de temas como La falsa moneda, Rocío o Ay, Mari Cruz.Los homenajes que el cantante granadino hace a José Alfonso, Amalia Rodrigues y Miguel de Molina son de singular belleza y emoción. Granada está presente en sus canciones como una obsesión que está muy cerca de convertirse en monomanía.
A Carlos Cano sólo le falta perder el sentío y el rubor para volar más alto. Sólo eso.
Babelia
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