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La esfinge se desmorona poco a poco

Idea revolucionaria para cubrir el monumento con una estructura transparente

Jacinto Antón

J. A. ENVIADO ESPECIAL, La esfinge preocupa mucho más que la gran pirámide a su principal responsable arqueológico, Zabi Hawass. En Luxor, Hawass se entrevistó con Luis Monreal, director del Getty Conservation Institute (CGI), organismo que con la OAE egipcia se está encargando de la restauración de la tumba de Nefertari, y todo apunta a que en la conversación surgió el tema de la esfinge, que el Gobierno egipcio querría poner en manos del CGI a la vista de los estupendos resultados conseguidos en el sepulcro de la hermosa reina de Ramsés II.

Fuentes vinculadas al CGI definieron un posible encargo gubernamental para restaurar la esfinge como un verdadero "beso de la muerte", dado el más que preocupante estado del monumento y su calidad de emblemático del arte egipcio, lo que podría limitar las soluciones. Por lo visto, el CGI preferiría hacerse cargo de otra tumba, esta vez la de un gran faraón, la de Seti I, que el domingo presentaba un aspecto bastante castigado, inundada de turistas sudorosos y con una parte del techo de la gran sala apuntalado mediante una poco estética estructura metálica. (También pueden verse aparatosos apoyos en una fila de seis columnnas papiriformes del patio de Amenofis III, en el templo de Luxor).En cuanto a la esfinge, la visión desde su lomo evidencia claros procesos degenerativos, incluso para el profano: el monumento se está prácticamente deshaciendo. El director de los trabajos de conservación de la esfinge, doctor Abdalmoes, al que puede verse estos días encima de la misma intentando consolidar la piedra con sus propias manos, explica que: "Esta fase, que terminaremos en una o dos semanas, es parte de un trabajo continuo para asegurar la estructura".

A requerimiento de este diario, Luis Monreal expresó su parecer sobre la esfinge: "No hay medio técnico para conservarla tal y como está. Los dos problemas básicos son los cambios bruscos de temperatura y humedad y la erosión eólica. Hay que ponerle un techo y ver que pasa".

La idea de Monreal es instalar alrededor de la esfinge una estructura inflable de plástico transparente, como primer paso de conservación que permitiría detener parte de los procesos de degeneración: "Sería una solución reversible, pero me temo que impopular, dado que alteraría la fisonomía del área y la relación esfinge-pirámides; en todo caso, si no se hace algo así, pronto no habrá esfinge".

Nefertari y China

La restauración de la tumba de Nefertari (de 3.200 años de antigüedad), uno de los bombones del patrimonio egipcio por sus bellísimas pinturas, es un ambicioso trabajo considerado además por Monreal como un verdadero "banco de pruebas" para el tratamiento de otros monumentos de Egipto y del resto del mundo.

Un equipo interdisciplinario y de alto nivel científico (estudios de microclima, geología -con imagen por satélite-, biología y química, entre otros) se viene encargando desde 1985 de esta restauración, que no acabará hasta dentro de tres años y en la que el CGI ha invertido cerca de dos millones de dólares. Como trabajo paralelo, en China (con la Unesco y el Gobierno chino), en los templos budistas tallados en roca de Dunhuang y Yungang -algunos del tamaño del de Abu Simbel-, el CGI tiene en proyecto experimentar con los denominados geotextiles (poliester impermeable) que podrían ser la solución definitiva para proteger monumentos de las destructoras aguas subterráneas.

No obstante, Monreal y un gran número de restauradores están convencidos de que el principal problema del patrimonio arqueológico egipcio es la hiperutilización ("millones de persnas pasan por el mismo sitio, incluso por el mismo escalón de determinado templo o tumba", dice Monreal). La única solución para preservar realmente los monumentos, incluso una vez restaurados, sería iniciar una política de diversificación de visitas.

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Sobre la firma

Jacinto Antón
Redactor de Cultura, colabora con la Cadena Ser y es autor de dos libros que reúnen sus crónicas. Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona y en Interpretación por el Institut del Teatre, trabajó en el Teatre Lliure. Primer Premio Nacional de Periodismo Cultural, protagonizó la serie de documentales de TVE 'El reportero de la historia'.

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