García Vargas desea suprimir toda la publicidad de tabaco

El ministro de Sanidad y Consumo, Julián García Vargas, anunció ayer su deseo de suprimir totalmente la publicidad de tabaco en la clausura de la Primera Conferencia Europea sobre Política del Tabaco celebrada en Madrid.Esta idea la expuso como un fin último al que estaba "obligado" por su actual cargo, aunque no anunció medidas inmediatas, sino la aplicación rigurosa de la ley de publicidad contra todo anuncio que indirecta o subliminalmente difunda este producto.

Los representantes de los 32 países que integran la región europea de la Organización Mundial de la Salud (OMS) presentes en la conferencia elaboraron una propuesta de carta contra el tabaco que debe ser refrendada por el comité regional de esta organización e impulsada por las distintas administraciones. Sus ejes son la defensa del fumador pasivo y crear ayudas educativas y asistenciales para fomentar el abandono del hábito del tabaco.

Entre las acciones aprobadas figura la total prohibición de publicidad de tabaco y patrocinios de esta industria a toda clase de eventos -deportivos o musicales-, "imponer progresivamente precios desincentivadores", erradicar por ley el tabaco en lugares públicos, transportes y centros de trabajo y destinar un l% del precio de cada cajetilla a fines sanitarios. García Vargas anunció que trasladaría esta última propuesta al titular de Hacienda. Y, en privado, afirmó su intención de avanzar por el diálogo con las centrales sindicales para erradicar el tabaco de los centros de trabajo, por no creer en la eficacia de normas represoras. También se aprobó "prohibir nuevos métodos de venta de nicotina y bloquear cualquier futura estrategia de comercialización, por las industrias de tabaco". En este sentido, la ministra noruega de Salud, Tove Strand, indicó que en su país se impidió a Camel vender unas botas bajo ese nombre.

Diferencias Norte-Sur

La conferencia ha dejado en claro tanto las dificultades económicas que supone poner en marcha esta serie de medidas, como la distinta agresividad que muestran ante este mal las autoridades sanitarias de países del norte de Europa y las de los países meridionales. Si la ministra noruega tachó de mero "simbolismo" fijar este impuesto sanitario, su homólogo español matizó que un aumento de la fiscalidad debía tener en cuenta los ingresos del ciudadano, posición también refrendada por el representante griego. Italia mostró un amplio escepticismo hacia una total supresión de la publicidad deltabaco.Erik Asvall, director para Europa de la OMS, lanzó un desafío: "Tenemos los métodos para acabar con el tabaco. Lo que no tenemos es voluntad política de aplicarlos". Y reiteró que si no se produce ese decidido impulso político 100 millones de europeos van a morir por culpa del tabaco. Cada año muere un millón, cadas semana, 2.000. "No hay tiempo que perder", enfatizó Asvall.