Un pirata informático sabotea la red de ordenadores de la 'guerra de las galaxias'
La red de miles de ordenadores que une el Pentágono con los laboratorios que trabajan en el programa de la guerra de las galaxias y las principales universidades de EE UU fue saboteada el jueves por un desconocido pirata electrónico. No se ha perdido información clasificada, que no circulaba a través de esta red, ni se han borrado datos o programas, ya que el virus era de un tipo benigno.
Lo sucedido pone de relieve la vulnerabilidad del sistema informático de este país, que ha sufrido lo que se considera el "mayor ataque de su historia". "El gran tema es que un programa de software relativamente benigno ha sido capaz de poner de rodillas a la comunidad electrónica", explicó ayer un experto de los laboratorios Livermore, en California, donde se investiga el sistema de defensa espacial (SDI) y cuestiones relacionadas con la disuasión nuclear. Sólo en Livermore hubo que detener 800 ordenadores hasta conseguir curarlos del virus.Al parecer, el culpable fue un estudiante de informática que estaba intentando introducir un virus inofensivo en una red de ordenadores llamada. Arpanet, que es utilizada para intercambiar información y mensajes rutinarios entre los centros militares, universidades, laboratorios de investigación e incluso empresas privadas. El problema se extendió también a algunos ordenadores de instituciones financieras europeas y a laboratorios de investigación en Australia.
Se le fue de las manos
Una voz anónima, que dijo hablar en nombre del saboteador, llamó a The New York Times para explicar que el experimento se le fue de las manos por un pequeño problema de programación que hizo que el virus -que se comporta de forma similar a los biológicos- se multiplicara a través de la red informática cientos de veces más rápidamente de lo previsto. El bichito atacó a las máquinas que utilizan el sistema operativo Unix embotellando sus almacenes, electrónicos y obligando a cerrar los ordenadores por falta de memoria.Aunque la mayoría de los afectados ya habían sido curados ayer, el virus continúa durmiendo en los buzones electrónicos de cientos de otros ordenadores.
Una empresa de California que había sido atacada -SRI International Inc.- distribuyó a las víctimas del sabotaje un programa especial con un antídoto para erradicar el virus. "No hay ningún programador en el país que no se esté tirando de los pelos. Esto está causando enormes dolores de cabeza y la pérdida de mucho dinero", dijo un experto de la universidad de Harvard, cuyos ordenadores sufrieron también el sabotaje.
El autor, según el comunicante anónimo, está "aterrorizado" por las consecuencias de su experimento. El Pentágono estableció el jueves un centro de emergencia para resolver el problema y reforzar las partes débiles de la red electrónica que permitieron la entrada del virus. Los datos referentes al control del arsenal nuclear no pasan por la red afectada.
La epidemia se desató a las nueve de la noche del miércoles (tres de la madrugada del jueves, hora peninsular española) en los laboratorios Livermore, en Berkeley. De allí pasó a la universidad de Stanford y a la NASA. Luego saltó a la Costa Este, a los ordenadores del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), y las universidades de Harvard, Princeton y Columbia. El Mando Aéreo Estratégico (SAC) y la supersecreta Agencia Nacional de Seguridad (NSA), dedicada al espionaje electrónico, forman parte también de la red que ha sido infectada.
Afortunadamente, el virus no estaba ideado para borrar el material almacenado y sólo ralentizó el trabajo de los ordenadores o cerró muchos de ellos por congestión.
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