Una habitación con vistas
Moscú propone la construcción, sin planos, de una 'casa común europea'
Los soviéticos quieren construir lo que llaman un hogar o una casa común europea. Pero si tienen la etiqueta, la idea está poco clara y el concepto confuso. Aun así lo lanzan a la arena del debate público. Algunos habían de un hogar del Atlántico a los Urales; otros, de San Francisco a Vladivostock. El tema ha sido objeto de debate, o de explicación, esta semana en Moscú, en una reunión de periodistas de los 35 países miembros de la Conferencia de Seguridad y Cooperación en Europa (CSCE) organizada por el Sindicato de Periodistas Soviéticos y la Unión Nacional de Periodistas Británicos.
En todo caso, la Unión Soviética sí deja claro que esta idea de hogar común, lanzada por Mijail Gorbachov aunque sus raíces se remontan a antes de la perestroika, pretende ir más allá del Acta de Helsinki. La doctrina de Breznev de soberanía limitada en el Este de Europa ya no es parte de este mundo, asegura Stanislav Kondrashov, comentarista de Izvestia. Y añade: "Cada uno puede construir el socialismo a su manera". Claro, que no se le ocurre que quizá alguno de estos países no quiera construir el socialismo de ninguna manera.Europa del Este es una indudable preocupación soviética como confiesan en conversación privada algunos funcionarios y expertos de Moscú. Bien es verdad que en público las reacciones son menos sinceras y a veces mucho más brutales.
El general Vladimir Lobov número dos del Estado Mayor preguntado sobre la retirada de las fuerzas soviéticas de ocupación de Hungría, no contesta salvo para preguntar a su vez si se considera fuerzas de ocupación a las tropas norteamericanas en algunos países de Europa occidental. En todo caso, para Guenadi Vorontsov, experto del recién creado Instituto de Europa de la Academia de Ciencias de la Unión Soviético, la casa común sera una casa de Estados nacionales.
"Todos los participantes en la CSCE deben ser parte de este proceso" de construcción de la casa común, dice Vitali Zhurkin, director del Instituto de Europa, "incluidos EE UU y Canadá". Y Zhurkin es el que habla no sólo del espacio de "los Urales al Atlántico, sino de San Francisco a Vladivostock". Pero añade que todo el proceso debe situarse en el continente europeo.
El papel de EE UU
Nicolai Afanasievski, jefe del primer Departamento de Europa del Ministerio de Asuntos Exteriores, asegura que no corresponde a nadie intentar sacar a Estados Unidos de Europa. "El papel de Estados Unidos en el futuro dependerá primero del propio Estados Unidos", señala, para añadir seguidamente que "cualquier plan que pensáramos sería contraproducente". Claro que el general Lobov, más enigmático, afirma que "hay que esperar y ver".
Todos los oradores soviéticos ahogan en público por la desnuclearización de Europa, aunque, según Zhurkin, la idea occidental de la contención nuclear está profundamente arraigada en muchos países occidentales, por lo que el diálogo es necesario. Vorontsov estima que los bloques no se van a disolver, sino que seguirán existiendo durante al menos 15 o 20 años. El interés se centra ahora en las futuras negociaciones de Viena para reducir las asimetrías.
La URSS, recuerda Lobov, propone que primero se eliminen los desequilibrios y asimetrías, entre otras cosas negociando carros contra aviones de combate, lo que la OTAN no parece dispuesta a aceptar. En una segunda fase se reduciría un 25% en las fuerzas de cada parte, lo que supone unos 500.000 hombres menos de cada lado, y luego avanzar hacia otras reducciones de fuerzas nucleares y convenciona les para convertir a las fuerzas en defensivas. Por parte soviética se indica que el acuerdo para empezar las negociaciones está casi a punto en Viena.
La creación de centros para la reducción de la amenaza y el riesgo y para aumentar la estabilidad en Europa es una de las propuestas soviéticas recordadas por Afanasievski. En un primer centro se podría acumular toda la información sobre medidás de creación de confianza. Por otra parte, Nicolai Afanasievski propuso conversaciones directas entre el Pacto de Varsovia y la Unión Europea Occidental (UEO).
Si en el terreno militar y del control de los armamentos las ideas soviéticas parecen más claras y elaboradas, la confusión aún reina en el terreno económico, especialmente de cara a las relaciones con una Comunidad Europea qtie, con el objetivo del mercado único para 1992, parece de nuevo haberse puesto en marcha. En contraste con el dinamismo de la CE están los problemas que padece el Consejo de Ayuda Económica Mutua (CAME) cuyo secretario general, Viacheslav Sychev, habló de que se plantean algunos cambios.
La noción de casa común, según Sychev, contempla también transformar los mecanismos del CAME, concentrarse en la cooperación de la producción y las relaciones directas entre las empresas. En una sesión reciente del Consejo del CAME, dice Sychev, nueve países hablaron de su intención de formar en el futuro un auténtico mercado común entre ellos.
Algún soviético se quejó de que no hay que presentar como mejor el tipo de integración que se está produciendo en Europa occidental. Puede haber integración a distintas velocidades, se señala.
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