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Mayor Zaragoza incita al mundo universitario a ser vanguardia y vigía de los cambios sociales

El director general de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) Federico Mayor Zaragoza, espoleó ayer a la comunidad universitaria a vigilar y ser vanguardia de los cambios sociales, durante el acto inaugura del curso 1988-1989 de la universidad de Barcelona (UB). El rector, Josep Maria Bricall, centró en la reforma de las enseñanzas, la adopción de mejores medios pedagógicos y el rigor en la docencia los objetivos del curso, y solicitó un debate sobre el papel de la UB a partir de 1992.

Mayor Zaragoza destacó "el enorme peligro que tenemos a normalizar el horror", a fagocitar sin dificultad "una serie de acontecimientos a los que llegamos a acostumbrarnos, como las afrentas a la dignidad humana". Entre ellas reseñó el secuestro por ETA del industrial soriano Emiliano Revilla y la situación de Nelson Mandela, el líder de la comunidad negra encarcelado en Suráfrica.El director general de la Unesco alentó a los intelectuales y miembros de la comunidad científica a no acostumbrarse a la comodidad. "Nuestro alcance", dijo, "ha de ser total, global, porque las fronteras son transnacionales".

La comunidad universitaria, según Mayor Zaragoza, debe hacer frente "al desafío de la gran transición conceptual". Los costes de cualquier proceso de producción, dijo, han de medirse no sólo en términos económicos, también en ecológicos.

"Hay que levantar la voz"

En este sentido, alentó a los científicos "a levantar la voz para evitar que se produzcan daños irreversibles en nuestra ecología". También abogó por el establecimiento de un acuerdo de cooperación entre el Norte y el Sur. "Queremos que los países del Sur sean pulmón de los países del Norte, pero España se deforestó para hacerse a la mar y taló sus árboles para construir barcos. De cada diez árboles que caen hoy, se replanta uno", manifestó.

Federico Mayor Zaragoza, que criticó la escasa influencia que la universidad ha tenido sobre su entorno, manifestó que la comunidad universitaria tiene el deber de velar por "el mejor futuro posible". "Tiene el deber de ofrecer bases científicas a los mandatarios para incidir en los cambios sociales. No puede permanecer acostumbrada a los horrores", añadió, "cuando se toman medidas sin el menor rigor científico".

En otro momento de su discurso, el director general de la Unesco parafraseó a Albert Camus cuando señaló: "Yo los despreciaba porque pudiendo tanto, se atrevieron a muy poco"; y dijo que los miembros de la comunidad universitaria "han de ser aprendices permanentes" y han de utilizar su talante antidogmático, tolerante y discursivo para ser resolutivos y críticos, consigo mismos y con la sociedad.

Bricall, además de definir los objetivos del nuevo curso, abogó por la celosa conservación de la autonomía universitaria y dijo que "proclamarla no quiere decir quererla; quererla, quiere decir practicarla". Además destacó el papel de vigilante que ha de ejercer el Consejo Social cuando la sociedad española y europea "está inmersa en un proceso de descorporativización".

El rector expresó también la inquietud de las universidades europeas ante el mercado transnacional que se abrirá para 1992 y anunció el inicio de un debate general sobre el proceso de adaptación de la universidad de Barcelona.

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