Pérez de Cuéllar, dispuesto a nombrar de inmediato un organizador del referéndum en el Sáhara

El Consejo de Seguridad de la ONU, convocado ayer de urgencia por el secretario general, Javier Pérez de Cuéllar, autorizó a éste a nombrar inmediatamente un representante especial que organice un referéndum de autodeterminación en la antigua colonia española. Marruecos y el Polisario calificaron de importante la resolución del Consejo de Seguridad, que supone un estímulo a los buenos oficios de Pérez de Cuéllar. El designado podría ser un latinoamericano no perteneciente a la burocracia de la ONU, se informó a EL PAÍS en medios diplomáticos.

La paz en la colonia que España abandonó precipitadamente a la muerte de Franco está aún lejana, y queda mucho trabajo diplomático por realizar, declaró a EL PAÍS el embajador de España ante la ONU, Francisco Villar. La resolución del Consejo de Seguridad es positiva y mantiene el tema en movimiento, "pero no hay que echar las campanas al vuelo", precisó el diplomático.El Gobierno español concederá a Pérez de Cuéllar toda la ayuda que éste le vaya solicitando para solucionar el conflicto. De momento, sólo ha pedido el censo que España realizó en 1974, pero se consideraría incluso una participación en la fuerza pacificadora que la ONU enviaría al territorio.

La primera reación marroquí a la resolución adoptada ayer en el consejo de seguridad vino del representante permanente de Marruecos en la ONU, que la calificó de "paso importante hacia un arreglo justo y equitativo en el Sáhara Occidental, que establezca la paz en un futuro próximo", informa desde Rabat Javier Valenzuela. Marruecos, sin embargo, no había respondido anoche a la cuestión más delicada del proceso auspiciado por el consejo de seguridad: la celebración de conversaciones directas entre las partes en litigio. Esa es la principal condición del Frente Polisario para aceptar un alto el fuego. Marruecos se ha negado en las últimas semanas a que sus representantes se vean cara a cara con sus enemigos de los últimos 13 años.

La salud de la ONU

Una ONU saludable políticamente por primera vez desde hace años y con dinero suficiente para ir tirando, inició ayer en Nueva York su 43ª Asamblea General.

El organismo mundial, desacreditado en el pasado por su inoperancia y al borde de la quiebra financiera por impago de su principal contribuyente, Estados Unidos, se presenta como una institución eficaz para solucionar difíciles conflictos regionales en Afganistán, el golfo Pérsico, Suráfrica, Angola y Namibia, el Sáhara Occidental y Chipre.

La Asamblea General se abre en un ambiente de cierta euforia por el nuevo protagonismo de la ONU. El ambiente es muy bueno, pero el optimismo puede ser excesivo, advierten diplomáticos de la organización, que explican que los conflictos en vías de solución están aún verdes para hablar de arreglos definitivos.

Pérez de Cuéllar viajó ayer a Suráfrica en un intento de desatascar el problema de Namibia y Angola. Las conversaciones de paz entre Irán e Irak sobre la guerra del golfo Pérsico se trasladan ahora desde Ginebra a Nueva York. La utilización por Irak de armas químicas es un nuevo reto a la ONU. Sólo realmente en un conflicto, el de Afganistán, se puede ya cantar victoria.

Ronald Reagan se despedirá el lunes de la ONU con un discurso que desea histórico en el que se presentará como pacificador y creyente -después de ocho años de abierta oposición a la organización- en el multilateralismo como fórmula para resolver las crisis internacionales.

La dificultad de hacer eficaz y ejecutiva a una organización, que por principio no lo es, se puso ayer de manifiesto con la polémica sobre la elección del presidente de la 43-9 Asamblea. Es un cargo puramente protocolario, tedioso y sólo pagado con el uso gratuito de una limusina. Pero enfrentó al candidato argentino, el canciller Dante Caputo, con la desconocida embajadora de Barbados en la ONU (una isla caribeña de 300.000 habitantes), Ruth Nita Barrow. Tras una votación secreta, Caputo obtuvo el cargo por 91 votos contra 66.