Los chilenos pierden el miedo a la dictadura
MANUEL DÉLANOMás de 300.000 personas se reunieron ayer al grito de "Y va a caer" en una concentración por el no al general Augusto Pinochet, la cual se transformó en la mayor manifestación opositora realizada durante 15 años de dictadura, superando todas las expectativas. Por primera vez, desfilaron juntos miles de jóvenes militantes, sindicatos y estudiantes desde todos los puntos de la capital. También se sumaron familias completas, con niños, padres y abuelos, algunos hasta con sus perros y mascotas. Ayer, Santiago mostró como se está perdiendo el miedo , aprovechando la ausencia del estado de excepción
La multitud desbordó la avenida de Vicuña Mackenna, el lugar de la concentración, a 10 manzanas del centro, y, como agua que se desborda de un grifo abierto, ocupó todas las calles cercanas. Fueron con carteles (hechos a mano horas antes), pitos, cornetas, tambores y consignas. Desde la periferia de la concentración no se veía el escenario, y los potentes altavoces no llegaban con su sonido. Grupos de jóvenes pintaban "No al chacal" en los muros, y otros (encapuchados) hicieron un mural de 30 metros de largo que decía "Unidos hasta vencer". La Gran fiesta por la democracia (corno fue llamada la concentración en conmemoración por las elecciones presidenciales que se realizaban en democracia el 4 de septiembre cada seis años) fue también la oportunidad para que todos los sectores de la oposición desfilaran conviviendo sin temor.
Entre ellos, alrededor de un centenar de militantes del Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR), que combate con las armas al régimen, y que por primera vez aparecieron en una manifestación.Una alameda de banderas multicolores de los 18 partidos que piden el no en el plebiscito presidencial del 5. de octubre cubría.. como un coilage la concentración. Nadie hacía distingos, y todos se unían para gritar al unísono, en verdaderas oleadas sonoras que recorrían la manifestación de cabo a rabo "A ver, a ver, quién lleva la batuta, el pueblo armado o el hijo de puta" y "Que se vaya de una vez el fascista Pinochet". Grupos de izquiezdas recordaban y cantaban Venceremos y El pueblo unido, jamás será vencido, los himnos de la, Unidad Popular, que hace 15 años, en otro 4 de septiembre, llegó al Gobierno.Mezclados con la multitud, los dirigentes de izquierdas recién retornados del exilio fueron aplaudido 3 y reconocidos por los manifestantes. El dirigente comunista Luis Guastavino, que estuvo en la clandestinidad más de un año desde su regreso desafiando la legalidad del régirnen dijo a EL PAÍS que 1a historia de Chile pugna aquí reaparecer de nuevo. El fervor sale a caminar por las calles". Emocionada, Isabel Allende, hija del derrocado presidente Salvador Allende, abrazaba a los dirigentes chilenos que no conocía; bailó, asimismo, el Vals del no' con el dirigente socialista Ricardo Lagos. La concentración fue un abrazo del pueblo a quienes han llegado tras una ausencia forzada.
Muy pocos escucharon el mensaje del único orador, el dirigente de camioneros y coordinador del acuerdo social por el no Héctor Moya. "Percibimos con claridad que el régimen está derrotado. Pinochet se encuentra en un terremoto que ni él mismo imaginaba ni deseaba", afirmó. Pidió que esta mayoría se exprese el 5 de octubre en votos, pero también "con el pueblo organizado para defender, como históricamente lo ha hecho, las victorias que lo conducen a la liber tad", e hizo un llamamiento: "Todos juntos, al mismo tiempo, hasta lograr la victoria".
Caravanas de coches recorrieron después toda la ciudad,mientra miles de personas volvían a pie en nuevas marchas opositoras que se prolongaron toda la tarde. Otros miles se dirigieron hacia la Alameda y desfilaron frente al Palacio Presidencial, donde fueron reprimidos por la policía con carros lanza agua, gases y bastones. En esta acción se produjo un número indeterminado de detencionesDurante la concentración no hubo provocaciones. excepto el estallido de una bomba de estruendo, a dos manzanas del escenario, que no provocó daños. La multitud pudo con los organizadores. Algunos grupos musicales no llegaron a actuar, y las vallas de contención fueron superadas. El clímax se produjo en la presentación del grupo rockero Los Prisioneros, que está vetado en la televisión.
Con esta concentración, la oposición ha puesto en práctica una táctica de ampliar al máximo los pequeños espacios de libertad que el régimen concede para ganar votos de los indecisos. En una semana sin estado de excepción, los partidarios del no han realizado una protesta y esta manifestación. El próximo paso será la Marcha de la esperanza, que tendrá manifestaciones en las ciudades de las provincias hasta converger en un acto en el parque O' Higgins, en Santiago, en vísperas del plebiscito.
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