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Reunión de estrellas del 'rock' en el primer recital de la gira de Amnistía Internacional

Más de 60.000 personas asistieron en Londres a seis horas de espectáculo

A las cinco de la tarde (hora peninsular española) aparecieron en el escenario del londinense estadio de Wembley los cinco cantantes que realizarán durante las próximas seis semanas una gira por todo el mundo bajo el lema Human rights now (Derechos humanos ahora), organizada por Amnistía Internacional (Al) para conmemorar el 40º aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Peter Gabriel portaba al hombro un radiocasete del que comenzó a sonar a ritmo de reggae la canción Get up, stand up, recordando a Bob Marley. Junto a Gabriel, Tracy Chapman, Youssou N'Dour, Sting y Bruce Springsteen improvisaron estrofas sobre la canción mientras el estadio comenzaba a llenarse.

Con 45.000 espectadores, las tres cuartas partes del aforo total, comenzó su actuación el senegalés Youssou N'Dour, sobre un sencillo escenario flanqueado por un mapamundi en el que se indicaban algunas de las 18 ciudades de la gira -Tokio, Filadelfia, Los Angeles, Montreal, Toronto, Lima y San Jose de Costa Rica-.

Yossou N'Dour caldeó el ambiente durante media hora con la única representación de música africana del concierto. El senegalés permaneció en escena para acompañar la primera canción de Peter Gabriel, que presentó como novedad en su grupo al magnífico violinista hindú L. Shankar. El británico se refirió al régimen chileno y a los parados, para alcanzar el punto culminante en su interpretación de la canción In your eyes. Después recordó a Steve Biko, Nelson Mandela y los presos de consciencia en el tema Biko con una multitud de puños cerrados que se elevaban entre el público.

Intimismo

A continuación apareció Tracy Chapman. La cantante norteamericana, una de las revelaciones de este año, supo ganarse al público con sus canciones, su voz grave y su guitarra. Tracy Chapman, que en las entrevistas concedidas durante esta gira solo quiere hablar de temas políticos para evitar utilizarla como soporte publicitario para su único disco, demostró en 30 minutos que todavía existe un lugar para la música sin espectáculo, aunque su popularidad y prestigio sea una excepción de las que entran pocas en una década.

Al intimismo de Tracy Chapman sucedió la extroversión de Sting que caló en el público que ya llenaba el estadio cuando comenzaba a oscurecer. Durante la interpetación de la canción Ellas danzan solas, dedicada a los desaparecidos chilenos, se cumplían cuatro horas de concierto mientras en las dos pantallas de vídeo aparecieron las argentinas Madres de la Plaza de Mayo, que Sting sacó al escenario durante su última actuación en Buenos Aires.

Realizó una breve actuación, apenas 45 minutos, y dio paso a John G. Healey, presidente de la Fundación para los Derechos Humanos, que presentó una película de animación sobre los treinta puntos que componen la Declaración Universal de los Derechos Humanos, realizada por distintos artistas y con música de Laurie Anderson y David Byrne.

Bruce Springsteen inició la última actuación de la noche con Born in the USA y peor sonido que sus antecesores. Bastante más moderado que en sus conciertos españoles de verano, Springsteen elevó el clima del concierto sin apoyarse en las canciones de su último disco. Cuando habían transcurrido seis horas de música los cantantes se volvieron a reunir en el escenario para interpretar juntos Chimes of freedom, (Campanas de libertad), compuesta por Bob Dylan.

Era el final del primer concierto de una gira que pasará por Barcelona el próximo 10 de septiembre y finalizará el 15 de octubre en Buenos Aires. El concierto de Londres ha supuesto para Al unos ingresos brutos superiores a los 240 millones de pesetas. Según han manifestado la directora de la sección inglesa de Al, Marie Staunton, parte de este dinero servirá para sufragar los costes deficitarios de la gira en latinoamérica y África. Tras la fiesta de las estrellas grupos de Zaire y Tanzania continuaron recordando este 40 aniversario de la Declaración Universal de los Derechos del Hombre en un pequeño club.

Otros artistas

No sólo los músicos de rock colaboran con Al. Decenas de artistas de todas las disciplinas han prestado su apoyo de una u otra forma a Al durante sus 27 años de existencia. Es una consecuencia natural. Al se desarrolló a partir de la publicación de un artículo, 'Los presos olvidados', en el periódico británico The Observer, y basa su trabajo en la eficacia que las expresiones pacíficas, masivas e internacionales tienen sobre el respeto de los derechos del hombre, convencida de la romántica idea de que la pluma -o cualquier otro utensilio artístico- es más poderosa que la espada.

Sin embargo, es el apoyo de los músicos el más conocido, especialmente a partir de la repercusión que tuvo la gira Conspirancy of Hope, realizada en EE UU en 1986 para conmemorar el 25 aniversario del nacimiento de Al. Artistas tan distintos como Lou Reed, Joan Baez, Simple Minds o U2, que difunde en sus discos las direcciones de las secciones nacionales de Al, han logrado que miles de personas se preguntasen por primera vez qué podían hacer por los derechos de los demás.

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