Obra y espectáculo

La parte fundamental de la obra de Louis-Ferdinand Céline son sin duda alguna sus novelas, entre las cuales se hallan algunas geniales, como lo son el Viaje alfin de la noche, Muerte a crédito o Norte, sobre todo las dos primeras. Las tres han sido traducidas al castellano, junto con De un castillo a otro y Rigodón. Todavía están inéditos en español los dos volúmenes de Guignol's band y los otros dos de Férie pour une autrefois.

Dejando aparte los tristemente célebres panfletos antisemitas -que nunca han sido reeditados después de la guerra mundial- y los escritos sobre medicina, existe sin embargo otra zona de la obra de Céline que es muy significativa: la de sus escritos destinados al mundo del espectáculo, al teatro, el ballet, el cine y hasta la canción.

Y es esta parte -dejando a un lado la obra teatral La iglesia, que ya ha sido muy editada y resulta conocida- lo que acaba de ver la luz en su país, en el número 8 de los Cahiers Céline, excepcional serie que publica Gallimard desde hace unos años, y en la que se han recogido hasta ahora documentos de época, cartas, escritos médicos y hasta su tesis doctoral, la biografía de Semmelweiss.

Este número recoge otra pieza teatral, Progrès, que completa con La iglesia su obra teatral. Si esta última reflejaba la temática de Viaje al fin de la noche, aquélla no deja de recordar la de Muerte a crédito, y hay que advertir que ambas obras fueron escritas hacia 1927, cuando el doctor Louis-Ferdinand Destouches todavía no había escrito las novelas que iban a hacerle célebre.

Aparte de dos canciones perfectamente canallas y de tres apuntes, se reúnen en este volumen tres argumentos para ballet y cuatro largas sinopsis para cine o teatro. Ya se conocen las aficiones de Céline por las bailarinas, así como su fascinación por el mundo del espectáculo, de lo que dan testimonio estas obras, que si bien son menores con relación a sus grandes novelas, no dejan de aclarar y subrayar zonas oscuras de su arte y resultan plenamente significativas.