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La Universal adelanta el estreno del filme de Scorsese tachado de blasfemo por integristas

Zeffirelli califica 'La última tentación de Cristo' de "ultrajante ofensiva a los valores cristianos"

La compañía cinematográfica norteamericana Universal anunció el jueves en Hollywood (Los Ángeles) su intención de estrenar el 12 de agosto la última película de Martin Scorsese, La última tentación de Cristo, un mes antes de lo que estaba previsto. Esta compañía, que coproduce el filme con Cineplex Odeon, ha sido objeto de ataques desde el mes pasado por cristianos y organizaciones integristas que denuncian como blasfema la película, en la que la figura de Jesucristo se enfrenta a su divinidad, se casa en sueños con María Magdalena durante la crucifixión y, al final, desdeña la tentación y acepta la muerte. El cineasta italiano Franco Zeffirelli ha declarado que el filme "es ultrajante y ofensivo hacia los valores cristianos".

La última tentación de Cristo, película basada en la novela de 1951 de Nikos Kazantzakis, está previsto que se proyecte en septiembre en el Festival de Cine de Venecia, en el que también está programado un filme de Zeffirelli sobre Toscanini. El cineasta italiano ha confesado su aversión hacia la película de Scorsese, cuyo guión, curiosamente, es obra de Paul Schrader, también cineasta, cuyo puritanismo y afán moralizante es patente en su filmografía.Al anunciar el estreno en Estados Unidos de La última tentación de Cristo, Universal no dio a conocer las ciudades y salas en los que será exhibida. "No podemos defender el filme con palabras", dijo Thomas P. Pollock, el presidente de Universal. "No tiene ningún significado el que yo diga que Martin Scorsese cree en esta película o siente que ha realizado una película religiosa; es el filme el que tiene que hablar por sí misrno".

El pasado jueves, una emisora de radio norteamericana difundió una información en la que se atribuían al cineasta italiano Franco Zeffirelli unas declaraciones en las que calificaba La última tentación de Cristo como "verdaderamente horrible y completamente enloquecida". En dichas declaraciones se calificaba la película como un producto procedente de la escoria cultural judía de Los Ángeles, siempre dispuesta a encontrar la oportunidad para atacar el mundo cristiano y se acusaba a la productora de estar únicamente interesada en ganar dinero y no en financiar películas de calidad.

Confirmación y desmentida

En una extensa entrevista publicada en el diario milanés Corriere della Sera, Zeffirelli confirmó haber dicho que el filme era ultrajante y ofensivo para los valores del cristianismo, pero negó haber hecho ningún comentario antisemita de los que se le atribuyeron en reportajes publicados por la Prensa italiana."No pude haber utilizado la expresión 'escoria judía", dijo Zefrirelli, "porque siempre he sido amigo de los judíos". Zeffirelli dijo que él simplemente había participado en una conversación con periodistas acerca de la atmósfera y las proclamas antisemitas en las que los grupos cristianos fundamentalistas de California involucraron al filme de Scorsese.

Scorsese, por su parte, dijo que Zeffirelli no pudo haber visto la película porque ésta sólo fue proyectada en Nueva York. Añadió que incluso el director del Festival de Cine de Venecia tuvo que viajar a esta ciudad para poder verlo.

Mientras la Universal hacía su anuncio del próximo estreno del filme, el reverendo Donald Wildmon, un predicador baptista de Tupelo (Misisipí) que ha amenazado con organizar boicoteos en cualquier sala en la que se proyecte La última tentación de Cristo, celebraba una conferencia de prensa en el hotel Registry, que se encuentra frente a los Estudios Universal de Los Ángeles. Allí anunció los planes de una marcha de protesta y oración en los alrededores de los estudios.

Scorsese, que entregó la copia definitiva del filme en la madrugada del miércoles, dijo que tenía un sentimiento de pérdida y al mismo tiempo de vivificación. "Yo había previsto la oposición a mi trabajo", dijo, "pero no el sabor del antagonismo, del antisemitismo'.

Los ataques hacia el filme han incluido un anuncio de presión en el diario The Wall Street Journal, procedente de una organización conservadora de mujeres. Bill Bright, de la Cruzada por Cristo, ha ofrecido pagar a la Universal más de 1.000 millones de pesetas por la destrucción de la copia. Los grupos fundamentalistas rechazaron en junio la invitación a ver el copión del filme.

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