Victorino: "Mis toros se arreglaron solos los pitones"
Victorino Martín, que ha sido propuesto para sanción por afeitado de tres de sus toros, lidiados en Granada el pasado 5 de junio, reconoce que esas reses estuvieron escobilladas, pero que ellas mismas se arreglaron los pitones escarbando la tierra. Afirma, asimismo, que los veterinarios de la Escuela Nacional de Sanidad, adonde se envían las astas sospechosas, no saben efectuar los análisis.
El ganadero, que ha recurrido el dictamen, anuncia que intentará el procesamiento de los veterinarios, y culpa a la Unión de Criadores de Toros de Lidia de que se haya generalizado el fraude del afeitado.Pregunta. Los toros sancionados habían estado en Valencia y los veterinarios los rechazaron por escobillados. ¿Cómo es posible que aparecieran limpios en Granada?
Respuesta. Porque los llevé a la ganadería y allí se arreglaron solos, rascándose en las piedras y escarbando la tierra.
P. En la escuela de Sanidad se pudo comprobar que a las astas les faltaba pitón.
R. Si el toro se rasca es lógico que haya una merma de asta, lo cual no quiere decir que esté manipulado. Las técnicas que emplean en la escuela no son fiables y los veterinarios de allí no saben hacerlas. Por ejemplo, no efectuaron el examen histológico porque no tienen ni idea.
P. Usted ha manifestado con frecuencia que los veterinarios de la escuela son íntegros y competentes, y sólo les ponía el reparo de que daban demasiados márgenes de tolerancia.
R. Bueno, sí, pero hasta que he visto cómo lo hacen, que es de escándalo. La prueba está en mis toros. Todo el mundo sabe que yo jamás he tocado un pitón, y no voy a permitir ahora que atenten contra mi honor. He puesto el asunto en manos de abogados, llegaré a donde haga falta y voy a intentar que procesen a esos vetermarios.
P. ¿Le apoya la Unión de Criadores, a la que pertenece?
R. Esa es la principal culpable, porque no se ha preocupado ni de que los análisis tengan garantía ni de erradicar el fraude. Se está afeitando más que nunca, y lo único que ha hecho es gastarse un dineral en un estudio jurídico para que no se pueda sancionar a nadie. Varios de sus directivos son los primeros que afeitan.
P. Las caídas de los toros ¿podrían deberse a las drogas?
R. No digo que se haga, pero es facilísimo. En un minuto se droga un toro con la garrocha de vacunar. Dos centímetros cúbicos bastan para quitarle agresividad. Los ganaderos sabemos bien cómo reacciona un toro según la cantidad de fármaco que se le administre.
P. ¿A usted le han drogado alguna corrida?
R. Tengo sospechas. Para mi, que al toro de la corrida concurso de Jerez lo zumbaron, y así lo dije. También una corrida de la Prensa, hace varios años en Madrid. El comportamiento de esos toros no era normal. Este fraude aún podría ser peor que el del afeitado. Pero ni la Unión ni el Ministerio del Interior hacen nada, cuando con el simple análisis de las vísceras se conseguiría una de dos: o desmentir el drogado o acabar con él sancionando a los culpables.
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