La conjura de Venecia
Toneladas de algas en putrefacción y millones de insectos amenazan la legendaria ciudad
Un millón de toneladas de algas pudriéndose en el fondo de la laguna amenazan con infestar Venecia. Los daños que puede causar a la salud esta plaga son todavía difíciles de valorar. La podredumbre produce al mismo tiempo millones de pequeños insectos. Estos mosquitos perturban a su vez los vuelos comerciales, porque los pilotos tienen dificultades debido al oscurecimiento por los insectos de los cristales de la cabina
Hasta el alcalde de Venecia el republicano y nada alarmista Antonio Casellati, ha escrito una carta al presidente del Gobierno italiano en la que figura la palabra "evacuación". Dentro de unos días se celebrará en la ciudad norteña una reunión interministerial, presidida por el jefe del Ejecutivo, Ciriaco De Mita, y mientras tanto la polémica sobre la situación creada por las algas ha estallado con toda su fuerza."Es una provocación hablar de evacuación", asegura el periodista y escritor Augusto Pulliero: "Es un problema real que no sabemos cómo podrá desarrollarse mañana, pero no se debe perder la cabeza. Las algas existen desde hace 50 años", añade.
En la ciudad se teme que el ruido levantado en torno a la invasión sirva sólo para oscurecer el grandioso proyecto Nuova Venezia. Se trata de una obra destinada a la construcción de unas compuertas que puedan cerrar en momentos de emergencia las llamadas bocas de Napoleón, creadas por el emperador para permitir la renovación de las aguas de la laguna, pero que dan lugar al peligroso fenómeno conocido como "agua alta", que carcome los cimientos de la ciudad. El proyecto cuesta un billón de pesetas y en él han participado los más importantes ingenieros mundiales.
Para el concejal socialista Nereo Laroni, lo que ocurre es que la ciudad "está paralizada en todos los sentidos desde hace 20 años a causa de la lucha estéril entre modernistas y conservadores". El concejal comparte la opinión del vicepresidente del gobierno veneciano, Gianni De Michelis, cuando dice que "si Venecia es un amasijo de culturas y estilos diversos sedimentados a lo largo de los siglos, ¿por qué no debe caber también una presencia, por ejemplo, de nuestra arquitectura moderna, como ha hecho Mitterrand en París?".
Los conservadores, añade Laroni, "prefieren que Venecia sea un museo estático, un salón precioso para unos pocos privilegiados. No quieren tocar ni una piedra por miedo a ser juzgados por el mundo. Y así se paralizan".
Dos enemigos
Pero lo cierto es que Venecia tiene dos demonios en su vientre: el agua alta y la polución de su laguna. ¿Cuál es más urgente? ¿Dónde deben gastarse antes los dineros llegados a Venecia del Estado a través de la ley especial? La disputa provocó, en septiembre del pasado año, la caída del gobierno de la ciudad. La Democracia Cristiana quedó fuera del Ayuntamiento y se formó un gobierno presidido por el republicano Casellati con el apoyo de comunistas, socialistas y verdes.El nuevo alcalde, republicano, cree que lo más importante y urgente es depurar la laguna de su fuerte polución. "Las algas son como la fiebre, el síntoma de una infección profunda", asegura. A los que le acusan de irresponsabilidad por haber hablado de una posible evacuación de Venecia responde que "si las cosas se dejan como están se podría llegar a situaciones límites, sin excluir, por ejemplo, la evacuación de los ancianos que sufren problemas respiratorios".
El alcalde añade que "nos hallamos con un problema nuevo cuyas consecuencias no se pueden prever aún. De nada serviría movilizar al Ejército, como muchos han pedido, porque sólo contribuiría a crear un caos mayor".
El cronista del periódico Il Gazzenino, Elio Diogene, explica que según se puede apreciar en una fotografla tomada por satélite, en un solo año la mancha negra del fondo de algas que atenaza Venecia y a sus famosas islas de Murano y Burano ha crecido enormemente.
"Las algas se multiplican", asegura Diogene, "porque el fondo de la laguna está prácticamente abonado; en ella desembocan aguas contaminadas de los ríos que recogen las escorias de pequeñas industrias y de toda la agricultura de más de 100 ayuntamientos de la región, donde, por otra parte, se usan fertilizantes altamente contaíninados".
Cuando llega el verano, según el periodista, las mata el sol, se pudren y consumen oxígeno. De ahí que mueran los peces y se cree una cadena de putrefacción que hace el aire irrespirable y fétido.
Antes las algas se recogían manualmente. Ahora se hace con máquinas especiales, que son escasas. De ahí que estén trabajando día y noche sin parar, ya que lo máximo que pueden sacar son 300 toneladas al día y se calcula que existe aún más de un millón de toneladas por extraer del fondo de la laguna.
Todo se confabula contra Venecia. Últimamente la ciudad ha sido invadida también por milllares de jóvenes, turistas de bajo nivel adquisitivo, que viajan con el saco de dormir al hombro. Estos visitantes convierten de noche las mágicas calles y plazas de la Serenísima en dormitorios multitudinarios.
Atraídos por la nuevas amenazas, a Venecia están empezando a llegar también los enviados de la Prensa extranjera. Es el temor de que la ciudad mágica y sensual pueda estar de nuevo en peligro.
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