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En un Iugar de La Mancha

Los vecinos de Anchuras rechazan la instalación de un campo de tiro en su término municipal

En la plaza del Álamo, muy cerca del Ayuntamiento de Anchuras (Ciudad Real), en cuyo término municipal el Ministerio de Defensa ha decidido instalar un campo de tiro alternativo a la finca Cabañeros, puede leerse en una pancarta: "No sólo tenemos insectos". Los 518 habitantes de Anchuras no salen de su asombro. Las 5.000 hectáreas de terreno elegidas por Defensa son las más productivas de la zona y están a menos de cinco kilómetros del pueblo.

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Críticas dela oposición a la ubicación del polígono

El pueblo de Anchuras lo componen un puñado de casas, bien en caladas y de moderna construcción, situadas en las faldas de la sierra de la Hiruela. Su población ha vivido durante generaciones de la agricultura, principalmente del cultivo de trigo y cebada, y de la ganadería, sobre todo, cabras. Los vecinos, que afirman que sus tierras tienen idéntica fauna y flora que Cabañeros, unían a la indignación y resignación que produce lo inevitable, un inusitado orgullo por sus encinas, fresnos, olivos, y por la cigüeña negra, siempre tan difícil de ver, o el águila culebrera, ave en vías de extinción.Su alcalde, Santiago Martín, de 25 años, vivió el miércoles pasado uno de los días más agitados de su vida. Fue citado a las once de la mañana en Ciudad Real por el Gobernador Civil de la provincia. Altos cargos del Ministerio de Defensa tenían que comunicarle una importante noticia. Santiago Martín manifiesta que la decisión adoptada "le cayó como una bomba". "No sabía como reaccionar, no acababa de creérmelo", asegura.

19 alternativas

En un principio, el alcalde propuso que el polígono de tiro se instalara en la zona conocida por Los Llanos, de escaso rendimiento económico, pero las autoridades de Defensa le contestaron que habían barajado 19 sitios alternativos y que Anchuras era el lugar idóneo.Los altos cargos de Defensa -Continúa Santiago Martín añadieron que el ministro de De fensa, Narcís Serra, quería comunicarselo personalmente. De pronto, se vió trasladado en helicóptero a Madrid. "Serra me explicó que no podía ser en Los Llanos porque es una aereovía de vuelos civiles ni en la parte de la sierra porque crea problemas a los aviones", señala Martín, y añade: "Serra dijo que antes de las expropiaciones buscarían otras soluciones".

Ese mismo día, Santiago Martín tuvo otra llamada. Era José Bono, presidente del Gobierno de Castilla-La Mancha para advertirle que le apoyaría en las "compensaciones económicas" pero no en las "rnovilizaciones". El alcalde está abrumado. "El pueblo no va ser el mismo y algo habrá que hacer", dice. Su madre, Amancia Campos es más enérgica: "Jamás se han acordado de Anchuras y cuando lo hacen es para esto. Si viniese ahora Bono, no se llevaría buenas palabras. 20 años viviendo aquí para, al final, tener que ahuecar el ala".

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El pasado 6 de abril, José Bono visitó Anchuras para inaugurar la nueva casa consistorial y el consultorio médico, ubicado en su interior. Aquélla visita es recordada ahora por los jóvenes miembros de la Asociación Cultural El Álamo como una premonición de lo que ha ocurrido.

Alfonso Labrador, abogado y portavoz de la asociación, relata: "Bono dijo que no preguntásemos por Cabañeros porque estaba ya resuelto, prometió ocho millones de pesetas para la construcción de una piscina en un barranco, que aún no se ha empezado, y aseguró a los habitantes de Gamonoso, una pedanía próxima a Anchuras, que les daría una casa a cada vecino porque eso era más barato que llevar hasta allí la carretera y el agua".

Por su parte, Sergio del Río, de la misma asociación, dice: "La gente pensaba que nunca lo pondrían aquí [el campo de tiro], por la sierra, y lo van a instalar en la única tierra cultivable que hay. Con esto, el pueblo desaparece".

Las tierras más ricas

La zona elegida por el Ministerio de Defensa es un rectángulo de 5.000 hectáreas de terreno, la parte más rica de las tierras del pueblo. Según los vecinos, en ellas se cosechan dos millones de kilos de cereal y pastan 3.000 cabezas de ganado. Anchuras tiene a su cargo los anejos o pedanías de Encina Caída, Enjambre, Las Huertas y Gamonoso, que suman en total cerca de 100 habitantes. "Las dos últimas", afirma Alfonso Labrador, "se encuentran a menos de un kilómetro de los ángulos del campo de tiro".La finca El Rosalejo ocupa 2.700 hectáreas de la zona acotada por Defensa. En la actualidad, cuenta con 1.200 cabras y 230 cerdos ibéricos. "Es la mejor finca de todo el término municipal para agricultura y ganadería", declara solemnemente Daniel Díaz, su administrador desde hace 26 años.

Javier Moro, miembro de la familia Moro, de Talavera de la Reina (Toledo), propietaria de El Rosalejo, expresa su perplejidad y, sobre todo, su indignación por esta decisión, ya que la finca está a pleno rendimiento: "Tiene gran valor económico [la finca] habiendo alcorconoques, encinas y otras especies, así como perdices, palomas, tórtolas, conejos, liebres y muchos jabalíes, corzos y ciervos, lo que la hace importante en el aspecto cinegético". "Además", añade, "se cosechan más de 700.000 kilos de cereal y son nueve las familias empleadas", informa Manuel Martínez desde Toledo. Horcajuelo, Las Trecerías, Las Peñescosas y Valdeperdices son las otras fincas que se encuentran en la misma situación.

Daniel Díaz pasea por la finca mascullando: "¡Qué pena!, ¡qué pena!", y, resignado, piensa en que dentro de tres años se jubilará. Lo que quiere lo tiene muy claro: pastos. Pedro Bonilla, de 81 años, recuerda cuando en 1942 Anchuras tenía 3.000 habitantes. Ha vivido siempre aquí y no quiere abandonar el pueblo. "La gente se ha gastado el dinero en tener buenas viviendas y en tractores, ¿qué van a hacer ahora?", se pregunta.

Al mediodía de ayer, el ayuntamiento celebró un pleno con la asist encia de los vecinos y del alcalde del pueblo vecino (Horcajuelo de los Montes), Francisco Abad. En la reunión se elaboró un comunicado en el que se rechaza la instalación del campo de tiro y se critican la forma en que se ha decidido su ubicación, así como los riesgos que entraña para la población.

[Alrededor de quinientos vecinos de la comarca se manifestaron en la tarde de ayer en Anchuras en contra de la instalación del campo de tiro, sin que se produjeran incidentes, informa la agencia Efe. La marcha, que no contó con vigilancia policial, fue encabezada por cuatro niños que portaban una pancarta con el lema: "Bono, tu Gobierno nos ha traído el infierno".

Por otra parte, un centenar de personas, según la Asociación para la Defensa de Cabañeros, y unas 50, según la policía, se concentraron anoche en las proximidades de la catedral de Ciudad Real, para manifestar su "repulsa" por la futura instalación militar].

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