La sombra del 'blues'
ENVIADO ESPECIALSomeone to watch over me y Call me son los títulos de dos populares temas musicales que además pertenecen a dos de las películas estadounidenses elegidas para abrir y cerrar el certamen. La primera, obra fallida del esteticista y personal Rldley Scott, pronto estará en nuestras pantallas comerciales, y Call me, esperada con interés y elegida para la clausura, significa el debú cinematográfico de Wallace Mitchell, donde aborda una historia de violencia, crimen y corrupción que transcurre en Nueva York y protagoniza una mujer.
Pero el título que más suena en Gijón es el de la serie televísiva Hill Street Blues, debido a la presencia en el jurado internacional de Daniel J. Travanti, actor premiado con dos premios Emmy por su interpretación del capitán Furillo en dicha serie. Si el actor intenta no ver fagocitada su personalidad por la popular¡dad del personaje televisivo, se muestra extravertido y alegre, sin recordar el poso amargo que destilan los telefilmes, las visicitudes argumentales vividas en la pantalla por los jóvenes que protagonizan la mayoría de las películas seleccionadas para la sección oficial sí serían dignas de la letra de un blues, como continúa evidenciando el inicio de la recta final del festival.
Mosaico de la vida
El tren de los sueños, del canadiense John N. Smith, con realismo y coqueteando con el docudrama, nos ofrece un mosaico de la Vida de un joven delincuente, violento y con problemas de adaptación social, que es internado para su recuperación en un correccional de Ontario. Sincera, pero reiterativa y morosa, pertenece al tipo de película que igual sería de tener un rollo más o menos.Tierra prometida, el filme estadounidense de Michael Hoffman, con la presencia en el reparto de Keifer Sutherland y, Meg Ryan, es la triste y trágica historia de dos amigos nacidos en una pequeña y modesta localidad a los que el destino reúne para que uno encuentre estúpidamente la muerte a manos del otro. Desesperanza, nostalgia y lirismo son los ingredientes que Hoffman envuelve en una estética preciosista con pretensión de mensaje. Mayor solidez mostró -fuera de concurso- la realización de la República Federal de Alernania Yasemin, donde el director Hark Bohm -uno de los miembros fundadores del Film Verlag der Autoren y ex colaborador de Kluge y SchIóndorff- narra las desdichas y avatares de una joven turca que vive con su familia en Hamburgo, padeciendo la losa de las tradiciones de su pasado cultural, finalmente edulcorada por un final casi feliz.
Entre las actividades paralelas, el festival anuncia, desde hoy, unas Jornadas sobre Metodologías de la Historia del Cine de España, amenizadas con unas sesiones dedicadas al cine asturiano, en las que expertos investigadores tratarán de que sus lamentos no alimenten en el futuro los quejumbrosos blues del cine español.
Babelia
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