Pactar con el diablo

La paz es la meta que parece hoy inalcanzable en Colombia. Un dirigente socialconservador llegó a proponer que para lograrla había que "hablar hasta con el diablo". Este diálogo incluiría a la guerrilla, a la Mafia, a los paramilitares, a todos los que en el país están empeñados en la guerra.Rodrigo Marín Bernal, presidente del directorio nacionalconservador, dice: "Hay que aprovechar las posibilidades de diálogo dondequiera que ellas surjan, si éstas conducen a una reformulación de toda la política de paz. Es necesario que los grupos que están por fuera del sistema manifiesten su voluntad de deponer las armas y de retornar a la vida civil. Si, por el contrario, persisten en sus propósitos de combatir las instituciones será necesario utilizar otras vías".

Hernando Durán Dussan, presidente de la dirección liberal nacional, asegura: "El diálogo se ha venido realizando desde hace varios años, lo aplicó Belisario Betancur, lo viene aplicando este Gobierno. No estoy excediéndome cuando afirmo que no ha dado resultados; el movimiento guerrillero ha crecido al amparo del diálogo. Conversaciones como las que se han planteado hasta el momento son contrarias a la defensa del sistema democrático. Si se apela de nuevo al diálogo, tendría que definirse con precisión el objetivo y fijar un plazo".

Alberto Rojas Puyo, miembro de la coordinadora nacional de la Unión Patriótica, afirma: "No se debe desperdiciar ninguna oportunidad de diálogo con los alzados en armas. Pero no me forjo ninguna ilusión sobre sus resultados. Creo que el método más eficaz es el de los acuerdos regionales, en los que estén involucrados todas las fuerzas políticas y sociales. En la provincia del Caquetá se ha venido aplicando y ha servido para aislar a los violentos e impedir que la población entre al engranaje de la guerra".

El debate está abierto. El ministro de Defensa asegura que el Ejército tiene capacidad para ganar la guerra y acusa al Gobierno de Belisario Betancur del fortalecimiento de la guerrilla. Entre tanto, lo único cierto es que los enfrentamientos guerrilla-Ejército son cada día más largos y más cruentos. No es extraño entonces escuchar testimonios como el de un contraguerrillero de apenas 19 años que aseguró en un noticiario de televisión: "En el Urabá estamos a lo Vietnam. Estamos bombardeando, eso es lo que se merece esa gente".