El enemigo, en casa
El jefe del Estado y del partido comunista de la República Democrática Alemana (RDA), Erich Honecker, parece tener a sus principales enemigos en casa Solo así se explica la violenta intervención de la policía contra periodistas occidentales en la víspera de la Conferencia Internacional sobre Zonas Desnuclearizadas que el líder alemán oriental ha auspiciado y organizado para mayor prestigio internacional propio y del régimen que dirige desde 1971.Honecker invita a más de mil personalidades políticas a Berlín Este para dialogar sobre desarme y distensión. Las autoridades conceden todas las facilidades para asistir a la misma a la prensa occidental. Horas antes de comenzar la reunión, periodistas occidentales son apaleados por asistir a una concentración de jóvenes que intentaban escuchar un concierto de Michael Jackson que se celebraba junto al Reichstag, el antiguo Parlamento alemán, al otro lado del muro.
Ayer, las delegaciones en Berlín Este de la televisión alemana occidental recibieron amenazas telefónicas de atentados con bomba en caso de que no dejaran de atacar a órganos del Estado de la RDA. Es poco verosimil que sea un mero exceso de celo de los agentes la acción en la que la policía rompió cámaras de la televisión federal alemana, cortó cables y pegó con porras eléctricas a periodistas occidentales.
El pasado febrero, cuando la policía del régimen montó una espectacular acción de represión y acoso contra ciudadanos que presentaron solicitudes para emigrar a la RFA y militantes en grupos pacifistas evangélicos, ya se dijo que había sido una acción de los sectores mas dogmáticos contra Honecker. En Berlín Este se llegó a afirmar que el jefe del Estado no se enteró hasta días más tarde de esta actuación y otras medidas represivas similares.
En Berlín Este proliferan los indicios de que está en plena marcha una campaña de desmontaje del anciano Honecker, de 76 años. Los responsables de la misma no son supuestos partidarios de reformas de apertura política similares a las que aplican ya otros países socialistas y que Berlín Este aún se obstina en rechazar. El endurecimiento del régimen y su patente nerviosismo es producto de la situación especialmente delicada en que, por su naturaleza, se halla el régimen de la RDA. También se debe a los dirigentes máximos del país, prácticamente todos septuagenarios, de quienes nadie puede esperar cambios.
Honecker logró su mayor éxito político en su visita oficial a la RFA en septiembre pasado. La mayor tolerancia en la concesión de permisos de visita a familiares en la RFA, una decisión de Honecker, no ha sido la esperada válvula de escape a la tensión. Por el contrario, ha incrementado el malestar por los continuos problemas en el sector de servicios y creado una sensación de agravio comparativo en la población, que se vuelve contra Honecker.
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