Las siete potencias estudiarán un plan para condonar parcialmente la deuda a los países más pobres de África

A instancias de Canadá y Francia, las siete potencias económicas de Occidente estudiarán, y previsiblemente aprobarán, un nuevo plan para condonar parcialmente la deuda externa de los países más pobres de África, en el curso de la cumbre de las naciones industrializadas que comienza esta noche, en Toronto (Canadá). Sólo las reticencias por razones contables de Estados Unidos amenazan la puesta en práctica de esta decisión, la primera fisura formal que experimenta la actual estrategia de pago de la deuda externa conocida como el Plan Baker.

El acuerdo sobre la deuda, que dejará en libertad a cada país acreedor para dar facilidades a sus deudores para afrontar el pago de sus compromisos, se verá acompañado con la ampliación de dos índices más (materias primas y oro) del actual sistema de indicadores económicos que utiliza el grupo de los siete para medir el comportamiento de la economía mundial y contrastar el grado de cooperación en las respectivas políticas económicas.Horas antes de iniciarse la cumbre, muchos de los puntos de la declaración económica final están prácticamente cerrados, gracias a los esfuerzos realizados por la Administración de Ronald Reagan para convertir el "encuentro en la cumbre" de Toronto en la fiesta de despedida de sus ocho años al frente de la presidencia norteamericana. Sólo el temor de un repunte en los tipos de interés en la República Federal de Alemania, que ve de nuevo el fantasma de la inflación en el horizonte, hace peligrar el aparente "pacto de no agresión" que ha sido negociado en las últimas semanas por funcionarios de los siete países.

Resultado de este supuesto pacto ha sido el compromiso para repetir en la declaración final el mismo párrafo sobre el conflictivo asunto de los subsidios agrícolas, que se incluyó en el comunicado final de la reunión del pasado 19 de mayo de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), celebrada en París. Los siete han decidido aplazar hasta el encuentro de diciembre en Montreal del Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio (GATT) cualquier diferencia que surja en la cuestión agrícola.

La mejora. sustancial, por segundo mes consecutivo, del déficit comercial norteamericano durante el mes de abril ha reforzado la posición del presidente Reagan ante sus colegas europeos y Japón. No se espera, al hablar sobre la situación económica actual, que se reproduzca ninguno de los enfrentamientos sobre medidas de política económica que en ocasiones anteriores han servido para incrementar el grado de incertidumbre en los mercados financieros. Es más, un párrafo de la declaración económica final se espera que haga una referencia directa al crash bursátil del pasado 19 de octubre y, aun sin descartar el riesgo de una repetición del mismo, reafirme el compromiso de los siete grandes para "adoptar todas aquellas medidas a su alcance" para evitarlo.

El acuerdo sobre la condonación parcial de la deuda de los países más pobres de Africa ha sido anunciado unilateralmente por el presidente francés, François; Mitterrand, representante de uno de los dos países (el otro es el Reino Unido) que más intereses directos tiene en la zona subsahariaría africana. Mitterrand ha hablado del "olvido" puro y simple de un tercio de la deuda de estas naciones, dando un paso adelante en los actuales mecanismos del Fondo Monetario Internacional (FMI) para resolver este mismo problema. Canadá, por su lado, ha propuesto "un menú de opciones" al que cada pís puede acogerse para alcanzar el mismo objetivo, y el canciller británico de Hacienda, Nigel Lawson, ha criticado oblicuamente las reticencias de Washington a estas propuestas. Japón, por su lado, ha anunciado su Intención de doblar, hasta 50.000 millones de dólares, su ayuda al Tercer Mundo.

Ruptura del Plan Baker

Estados Unidos, que formalmente ha acogido favorablemente la idea francesa, afronta problemas políticos y legales para unirse al plan. En el frente político supone, de hecho, una ruptura formal con el Plan Baker, actual estrategia occidental para afrontar el problema de la deuda, ya que significa la introducción del principio de la condonación. Jurídicamente, la normativa contable estadounidense fuerza a los bancos privados aprovisionar automáticamente la deuda en el momento en que acepta su condonación. Con todo, nadie duda de que el plan será aceptado.

Mucho más trascendente es la adición de dos nuevos indicadores sobre precios de materias primas, incluyendo el oro y el petróleo, como parte integral del actual sistema de indicadores automáticos (inflación, crecimiento del PNB, comercio exterior, etcétera) para conducir y coordinar las respectivas políticas económicas.

Este sistema está aún en su fase de aplicación preliminar, y pocos detalles concretos han sido filtrados a la Prensa de cómo funciona, pese a que su introducción se remonta a la cumbre de Tokio de hace dos años. Pero la referencia al oro como un indicador adicional hace confiar a los teóricos de la convertibilidad del oro en que este plan puede suponer un regreso parcial a los viejos tiempos de Brettons Wodds de cambios monetarios fijos y estables.