Azerbaiyán no renuncia a Nagorno-Karabaj

El Soviet Supremo de Azerbaiyán repudió ayer la petición de su homólogo armenio de que la región autónoma de Nagorno-Karabaj sea transferida a Armenia, en una sesión plenaria en la que se incluyó a última hora ese tema nacionalista. Los diputados karabajos boicotearon la sesión, pero un alto funcionario del Gobierno azarí aseguró que la votación fue "unánime". Serguei Grigoryants, disidente armenio que dirige en Moscú la revista independiente Glasnost, confirmó que los parlamentarios de Nagorno-Karabaj no habían asistido porque "en estos días es muy peligroso que un armenio vaya a Bakú", capital de Azerbaiyán.

El Ejército soviético ha tenido que rodear los barrios armenios de Bakú para impedir nuevas matanzas como la de! pasado 21 de marzo, en la que hubo 32 muertos y 197 heridos. La agencia Tass se limitó a transmitir cuatro líneas en las que informó que el Soviet Supremo azarí había ratificado la decisión del Presidium del pasado lunes calificando de "inaceptable" la transferencia de Nagorno-Karabaj a Armenia. Sin embargo, la resolución de los diputados armenios -que apoyaron los escasos parlamentarios azaríes con escaño en el Soviet Supremo de Eriván- no estaba dirigida al máximo órgano legislativo de Azerbaiyán; únicamente al de toda la URSS, que se pronunció en contra de la petición dos días después de la matanza de Sumgait.El Parlamento armenio sustentó su solicitud en el artículo 70 de la Constitución soviética, argumentando que la atribución de Nagorno-Karabaj a Azerbaiyán por el régimen estalinista en 1923 es nula y sin efecto porque contradice "la libre autodeterminación" del pueblo karabajo. El Parlamento azarí fundamenta su rechazo a cualquier cambio territorial en el artículo 78 de esa Constitución posestalinista, que dispone la necesaria aquiescencia de las autoridades de la república afectada.

Toda esta polémica jurídica, que debe ser arbitrada por el Soviet Supremo de la URSS, también según la Constitución, es totalmente desconocida para los soviéticos, que sólo recibieron una información errónea de Tass en televisión y una sucinta versión de Prensa que omitía dos de las resoluciones del Parlamento armenio. Sólo Izvestia, precisamente el órgano oficial del Soviet Supremo de la URSS, hizo un repaso completo de las decisiones adoptadas en Eriván.

El vespertino de Moscú criticó duramente a los medios de comunicación soviéticos, "cuyo silencio sobre la situación en Azerbaiyán y en Armenia podría hacer creer que se ha normalizado la situación en Armenia y Azerbaiván ( ... ) cuando continúan los mítines, las manifestaciones de miles de personas e incluso las huelgas". Izvestia incluso calificó la petición de los diputados armenios -y azerbaiyanos representados en el Soviet de Armenia- como el reflejo de una "petición de los electores", admitiendo así que el movimiento nacionalista es una demanda unánime de un pueblo.

Problemas para Gorbachov

El portavoz del Soviet Supremo soviético no sólo no critica las manifestaciones y huelgas, sino que admite humildemente: "Todos nosotros aprendemos democracia en condiciones difíciles, quizá extremas". Las revueltas nacionalistas están poniendo a Gorbachov entre la espada y la pared a pocos días de la conferencia extraordinaria del partido en la que pretende consolidar su reforma democratizadora de la sociedad soviética. Aunque Izvestia califico como un avance de la glasnost el que los debates de los parlamentos armenio y azerbaiyano fueran retransmitidos en directo por radio y televisión, Tass informó ayer mismo que sólo los discursos de apertura clausura de la XIX Conferencia del PCUS serán emitidos en directo. Entre tanto, las comunicaciones directas con Armenia y Azerbaiyán habían sido interrumpidas. Hace cuatro meses que ningún periodista extranjero puede viajar a esas zonas, a pesar de que Intourist ofreció un viaje turístico a Armenia durante la cumbre Reagan-Gorbachov, que fue anulado en cuanto se fue ron de Moscú los 5.000 enviados especiales de todo el mundo.

La Prensa soviética ha dejad ya de informar sobre la "positiva" decisión de dar a Nagorno-Karabaj los mínimos derecho económicos, sociales y culturales que se le negaron durante decadas. Nagorno-Karabaj fue entregado a Azerbaiyán como una concesión a las demandas de Turquía, algo especialmente doloroso cuando se cumple un aniversario más del genocidio.