Los obispos italianos critican el traslado de los F-16 de Torrejón

La instalación de los cazabombarderos F-16 de Torrejón en Italia, ya aprobada por el Gobierno italiano y que está esperando el examen del Parlamento, ha provocado una dura polémica entre el secretario general del Partido Socialista Italiano (PSI), Bettino Craxi, y los obispos de este país, que están en desacuerdo con la decisión.Con ocasión del congreso eucarístico nacional que se está celebrando en Calabria y que mañana domingo clausurará Juan Pablo II, los obispos de dicha región, se solidarizaron con sus colegas de la región de Las Pullas, para quienes "todas las armas son instrumento de muerte y de pecado", oponiéndose así a la instalación de los F-16 en el sur del país. A ellos se ha unido también el propio cardenal arzobispo de Milán, el prestigioso jesuita Carlo Maria Martini.

Craxi ha considerado como una "inadmisible intromisión de la Iglesia en los asuntos del Estado", el documento de los obispos, que piden para el sur pobre del país "más trabajo y menos armas". El líder socialista ha fundamentado su polémica con los obispos en el hecho de que "no existe ninguna norma del concordato entre Italia y la Santa Sede que en relación con la instalación en el territorio italiano de tropas o medios militares prevea la autorización episcopal".

A posición de Craxi se han adherido los republicanos, que han subrayado: "Tenemos la obligación de pedir a la Iglesia un mínimo de coherencia para que se respeten los pactos del concordato", y los liberales que repiten que se trata "de una nueva e inadmisible intromisión de la Iglesia en los asuntos del Gobierno".

Sin embargo, el democristiano y ministro de Exteriores, Giulio Andreotti, se ha limitado a indicar que es tan "lógico" el que los obispos estén en contra de las armas, como que el Gobierno se interese por la defensa del país.

"Valoración ética"

Por su parte, la Iglesia ha replicado las críticas de Craxi, y afirma que se ha tratado sólo de una "valoración ética" del tema y que los obispos saben muy bien que no tienen poder para impedir la instalación de los F-16, pero que han querido hacer sentir su voz al respecto. El vicesecretario de la Democracia Cristiana, Guido Bodrato, ha afirmado que nadie tiene derecho a impedir la libertad de expresión, y que, por tanto, los obispos son libres de manifestar su parecer.Pero no es la primera vez que el líder socialista acusa a la Iglesia de injerencia. Lo había hecho con el propio papa Wojtyla, que días antes de que el Pontífice fuese objeto de un atentado en 1981 -en vísperas de un dificil referéndum que pretendía abolir la actual ley a favor del aborto- había recorrido las iglesias de Italia atacando la ley que permite la interrupción de la maternidad.

Contra Craxi, y a favor de los obispos, se ha manifestado el enviado del líder soviético, Mijail Gorbachov, Nikolai Afanasieevskij, llegado a Roma para explicar al Gobierno de la reciente cumbre de Moscú.