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FERIA DE SAN ISIDRO

Ortega Cano dedica su triunfo a El Campeño

José Ortega Cano, que cortó ayer a su segundo toro la única oreja del festejo, manifestó al término del mismo, y todavía emocionado, que el triunfo se lo dedicaba a El Campeño: "Sé que es solamente un gesto, ya inútil, por desgracia, pero constituye mi homenaje a él y a los banderilleros".Ortega Cano brindó la muerte de este toro a todos los subalternos que intervinieron en la corrida, a los que reunió y abrazó: "Les dije que son imprescindibles en la fiesta, aunque no siempre se les valore suficientemente. Después me entregué a tope en la faena para ofrecerles también la oreja". Calificó a ese toro sobrero de Antonio Ordóñez como extraordinario y puntualizó: "Hubo que poderle en los primeros muletazos y tragar, por eso la faena fue de menos a más".

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Respecto al desinterés con siguieron los espectadores su actuación en su otro enemigo, protestado por su escaso trapío, el espada reconoció que llevaban razón: "He sacado una concIusión clara de esta tarde: nunca más vendré a Madrid con toros pequeños, pues no transmiten nada y el público no agradece lo que hagas en el ruedo". Indicaba que a él, como persona muy sensible que es, le desmoraliza que los espectadores permanezcan indiferentes: "Sé que a otros compañeros no les importa y hasta parece que disfrutan, pero a mí me afecta muchísirno".

Sacar pases

José Antonio Campuzano no se lo tomaba tan a la tremenda y comentaba que su obligación era torear y esperar el veredicto del público: "Yo cumplo como profesional, pues una vez que el presidente no ha devuelto el toro, hay que sacarle pases". Y se adornaba: "Me han pitado al final porque me tienen por figura y se me debe exigir", aunque ponía la disculpa del aire, que no le dejó rayar a más altura.

El sevillano se marcha de la feria sin haber triunfado, lo que espera no repercuta demasiado negativamente en su temporada: "Tampoco he fracasado porque no me salió ningun toro de bimdera". Campuzano se ofreció para hacer de nuevo el paseíllo en Las Ventas siempre que se lo propongan porque estima que es donde más se entiende: "Un buen profesional no puede volver la cara a Madrid".

Rafael de Paula, que toreó el lunes en Aranjuez, se quedó ayer en Madrid para probarse el traje de luces que le está preparando su sastre, Justo Algaba, y que estrenará en la corrida de la Beneficencia el próximo día 9. El jerezano, que presenció el festejo de ayer desde una localidad del tendido 10, aseguró que este traje va a causar auténtica sensación.

A Paula le gustó sobremanera el toro de Ordóñez, al que calificó de bravo: "Me conformo con que en la Beneficencia me salgan los míos igual". Añadió que Ortega Cano estuvo a la altura del toro y supo extraerle bellos muletazos. Del resto de los toros agregó que fueron bravos con el caballo y menos en el último tercio: "Desde aquí arriba se torea muy bien, los sudores se pasan en el ruedo y mis compañeros han hecho lo que han podido"

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