Los teólogos destituidos de sus cátedras creen que hay una "ofensiva neoconservadora" en la Iglesia
José María Castillo y Juan Antonio Estrada, profesores destituidos por la jerarquía espiscopal de la facultad de Teología de Granada, es que su caso responde a "una ofensiva neoconservadora en la Iglesia y no a un hecho aislado". Los teólogos opinan que esta tendencia va a "dificultar la presencia de la Iglesia en el mundo contemporáneo, sobre todo en áreas como la Universidad y las más marginadas". El provincial de los jesuitas -orden a la que pertenecen- se entrevistará con su general, el holandés Peter Hans Kolvenbach, para evitar que sea confirmada la sanción.
El provincial de la orden, Matías García, viajará la próxima semana a Roma con una delegación de jesuitas andaluces que se suman al intento."El problema que se plantea es a dónde va la Iglesia con estas medidas, incluidas las destituciones de los directores de las revistas Misión Abierta y Vida Nueva. El Vaticanó II fue un logro para restaurar el diálogo entre la Iglesia y el mundo contemporáneo, un contencioso pendiente desde el siglo pasado. Se pasó del anatema al diá ogo, pero ahora parece que la Iglesia vuelve al anatema, al miedo ante el mundo, y se repliega a posiciones más seguras, que dificultan su presencia en el mundo contemporáneo", afirma José María Castillo, que era profesor de Teología de la universidad de Granada desde hace 21 años.
Castillo fue apartado hace seis años de los cursos ordinarios de la carrera sacerdotal y su docencia se circunscribió a los de licenciatura. La decisión vino de los jesuitas, "pero sospecho que hubo influencias de otras instancias eclesiásticas". Juan Antonio Estrada, por su parte, lleva 12 años en Granada y asegura no tener conciencia de castigado, "pues no sé por qué se me castiga, ya que jamás he recibido amonestación por alguna publicación mía".
Su compañero, Castillo, cree "somos consecuencia de un proceso general de involución que nos ha pillado, a nosotros como podría haberle ocurrido a cualquier otro". "Hay rumores de que algunos obispos han pedido mantener reuniones con los provinciales de todas las órdenes y con los directores de revistas católicas, Si es verdad, forma parte de una política ajena a la de Tarancón y Díaz Merchán, antiguos presidentes de la Conferencia Episcopal. Sospechamos que hay una ofensiva neoconservadora que se da al mismo tiempo en la áociedad", afirma Estrada.
Tal ofensiva, dice Castillo, se da en todos los países de Europa, como Francia, donde se ha puesto de relieve con los votos alcanzados en las elecciones por Le Pen y el aumento de seguidores de Lefebvre". Para Estrada, el temor mayor es que "queden aisladas determinadas áreas de la sociedad" y en concreto "el mundo intelectual, de la cultura y universitario". "Tampoco hay una opción decidida en la práctica por los grupos más marginales e indefensos", continúa Castillo.
La lucha de clases
Sin embargo, Juan Antonio Estrada asegura que "la apertura a la problemática social es lo más rico del pontificado de Juan Pablo II frente a otras cuestiones como la moral". "El Papa, frente a lo que afirman los periódicos, no ha condenado la teología de la liberación sino a aquellos sectores que asumen la lucha de clases y el marxismo como planteamiento fundamental. Otra cosa es que sea así en realidad, pues si existen esos sectores se pueden contar con los dedos de una mano", agrega Castillo, autor del libro Alternativa cristiana, que ha alcanzado nueve ediciones.Según Estrada, "la Iglesia española no es monolítica; hay obispos más progresistas y otros menos, y ésta es una de las riquezas que vino con Tarancón. Eso es lo que está en peligro hoy frente a un modelo uniforme que no responde a la realidad social".
De confirmarse la destitución, Estrada pasará un año investigando en Roma, y no excluye que pueda regresar más tarde a Granada. Los destinos ofrecidos a Castillo -Roma o Jerusalén- parecen estar, en cambio, alejados de la posibilidad de un próximo retorno. "Yo tengo esperanza de que se replantee la destitución", dice Estrada frente a la opinión de su compañero, para el que "es muy dificil que se vuelva atrás".
Los dos teólogos niegan que los obispos andaluces hayan forzado su destitución: "Ellos nos han defendido, en especial el arzobispo de Granada, José Méndez, e incluso calificaron de balance positivo los resultados del último curso en la facultad".
La destitución de los teólogos ha provocado un movimiento de solidaridad de profesores universitarios de Granada, así como de sacerdotes de la diócesis, a título individual. Diversos miembros de la orden de los jesuitas se entrevistaron asimismo con el provincial de la Compañía de Jesús en Andalucía, para mostrarle su contrariedad por las medidas adoptadas contra los teólogos.
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