"El obstáculo para la paz se llama Shamir", dijo González

El presidente del Gobierno español, Felipe González, se mostró ayer inusitadamente duro al enjuiciar la política de Israel respecto a los territorios palestinos ocupados en general y al hablar del primer ministro israelí, el conservador Isaac Shamir, en particular. "Hay un obstáculo para la paz que se llama Shamir", dijo González tras haberse entrevistado ayer durante una hora con el ministro de Exteriores y líder laborista israelí, Simón Peres. "El Estado de Israel comete multitud de errores al vulnerar los derechos humanos", añadió.

El tema de Oriente Próximo alentó ayer los ánimos en la segunda jornada preparatoria del Consejo de la Internacional Socialista (IS), que comenzará formalmente esta mañana con sendas intervenciones de González y del presidente de la Internacional, Willy Brandt. El conflicto árabe israelí no ocupará, paradójicamente, un lugar estelar en estas intervenciones, que estarán dedicadas básicamente a las relaciones Este-Oeste y al papel que Europa debe jugar en el diálogo entre las superpotencias.Sin embargo, y aunque los trabajos a partir de hoy se centrarán en este diálogo en vísperas de la cumbre entre Reagan y Gorbachov, así como en el tema de la pacificación de Centroamérica, sí se espera que los dirigentes socialistas hagan hoy pública una resolución sobre Oriente Próximo, en la que "critiquen pero no condenen" la actuación de Israel.

Ni Felipe González ni el ministro español de Exteriores, Francisco Fernández Ordoñez, quisieron recibir a Peres en sus despachos oficiales y, así, el presidente del Gobierno se entrevistó con el líder laborista de Israel en una suite que ocupa en el hotel donde se celebra el Consejo de la IS, al que Peres, lo mismo que numerosos líderes del socialismo mundial, está asistiendo.

Fernández Ordoñez cenó anoche con Peres en un conocido restaurante de lujo, y en ambos casos le fue planteada al laborista israelí la necesidad de que la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) participe como un interlocutor más en la proyectada conferencia de paz sobre Oriente Medio: "Nosotros somos partidarios de la presencia de la OLP", dijo González tras su entrevista con Peres, a quien mostró su "gran preocupación", por los acontecimientos que se desarrollan en aquel territorio, significándole que "ya no hay mucho tiempo" para hallar una solución.

Las relaciones bilaterales hispano-israelíes, que pasan por un momento declaradamente "bajo", no fueron objeto de conversación entre González y Peres. El presidente español se mostró muy cauto sobre su voluntad mediadora en el conflicto de Oriente Próximo: "Nada se debe excluir si hay oportunidad; pero no arriesgaré ninguna iniciativa sobre la que no tenga fundadas razones de que puede salir adelante", dijo.

La tensión en el seno de la comisión específica sobre Oriente Próximo formada en el seno del Consejo se puso de manifiesto cuando el líder socialista italiano y ex primer ministro Bettino Craxi dijo a la prensa que "la política de Israel es contraria a los intereses de la paz".

Pese a ello, pese a las declaraciones de González y pese también a las intenciones mostradas inicialmente por el PSOE, que abogaba por un texto "duro", la resolución, que anoche se hallaba aún en fase de trabajosa redacción, no condenará formalmente al régimen de Jerusalén, en cuyo Gobierno participan minoritariamente los laboristas.

Los palestinos que asisten a la reunión del Consejo a título de invitados, como el periodista Hanna Siniora, criticaron el "doble juego" practicado en la IS.