El régimen de Teherán, vinculado a la liberación de los rehenes galos

ÁNGELES ESPINOSA , Una vez más la vinculación del Gobierno iraní con el terrorismo internacional ha quedado de manifiesto con la liberación de los tres últimos rehenes franceses de Líbano. Las negociaciones de París para lograr este final feliz se desarrollaron frente a dos interlocutores: emisarios iraníes, por un lado, y los propios secuestradores, por otro. Todo ello con el beneplácito del Gobierno sirio, cuyas tropas controlan el oeste de Beirut y gran parte de Líbano.

Al margen del posible rescate (se habla de siete millones de dólares) que las autoridades francesas hayan podido pagar por la puesta en libertad de sus ciudadanos, la realidad es que los secuestradores no se han avenido a un acuerdo hasta que Irán ha dado luz verde a la liberación. ¿Qué ha obtenido el Gobierno de Jomeini a cambio? De momento, el agradecimiento público del primer ministro y candidato a la presidencia francesa, Jacques Chirac, pero es poco verosímil que se contente con eso. Tres eran las reclamaciones que desde Teherán se hacían a París: la devolución de un préstamo de mil millones de dólares efectuado en tiempo del sha; el restablecimiento de relaciones diplomáticas, rotas en julio del año pasado, y su neutralidad en la guerra del golfo, en la que Irán le acusa de apoyar a Irak.

Logros

Las dos primeras parecen logradas. El asunto financiero quedó aparentemente arreglado hace un año y medio con ocasión de la puesta en libertad de otros dos rehenes. En el terreno diplomático, la resolución del asunto Goryi (salida inmune de Francia de un empleado de la Embajada iraní en París supuestamente responsable de diversos atentados cometidos en la capital gala) y las declaraciones efectuadas ayer por Chirac, prueban que el camino está trillado. Queda el delicado tema de la ayuda militar.

Francia es el principal vendedor occidental de armas a Irak, lo que Teherán le recuerda con frecuencia. Sin embargo, tal como los medios de comunicación se han encargado de poner en evidencia, empresas francesas de armamento han abastecido con regularidad a Irán a través de terceros países. Un eventual acuerdo en este terreno no ha sido reconocido por las autoridades de París, pero no cabe duda de que en los últimos meses han cuidado mucho las formas. En su gira por la región del golfo tanto el viceprimer ministro, Edward Balladur, como el titular de Exteriores, Jean Bernard Raymond, evitaron hacer escala en Bagdad. En todo caso, un eventual reestablecimiento de las relaciones diplomáticas le vendrá como anillo al dedo al régimen iraní tras la reciente derrota de Fao.