Galicia, territorio de confusión
Rebajar los gastos de personal y aumentar la inversión, objetivos del Gobierno de socialistas y nacionalistas
, Nueve años después de un referéndum estatutario en el que la participación no superó el 30%, muchos gallegos siguen confundiendo la Xunta con el Parlamento. A falta de sondeos, cualquier encuesta callejera a tan sólo unos metros de la sede oficial de la Cámara o el Gobierno autónomos demuestra el desconocimiento y desinterés que los gallegos mantienen hacia los asuntos de su propia política. Y todo eso a pesar de que la Xunta ha asumido buena parte de las competencias contempladas en el estatuto, que le permiten gestionar un presupuesto anual de más de 235.000 millones de pesetas.
Con el traspaso hace algunos meses de la universidad y el Instituto de Servicios Sociales quedé prácticamente culminado el proceso de transferencias a la comunidad autónoma gallega. El Insalud será transferido el 1 de enero próximo, según acordaron ayer la conselleria de Sanidad y el ministerio. La lista la completan otros asuntos menores, como algunos aspectos de las enseñanzas náutico-pesqueras, la dotación de medios materiales a los juzgados, las prisiones y el Instituto de Mediación, Arbitraje y Conciliación.El vicepresidente del Gobierno gallego, José Luis Barreiro, se reunió ayer con el Ministro de Administraciones Públicas, Joaquín Almunia, para completar el proceso de asunción de competencias por la Xunta.
Los anteriores gobiernos de Alianza Popular habían reclamado insistentemente el traspaso del Insalud. La postura del actual Ejecutivo de coalición es más contradictoria. Los socialistas, sin manifestarlo abiertamente, son muy reticentes a asumir la red pública de hospitales, mientras que el conselleiro de sanidad, Pablo Padín, mantiene una postura poco clara. Padín afirmó hace un mes que la Xunta no está en condiciones de recibir la transferencia del Insalud y pocas semanas más tarde aseguró que el traspaso estará culminado el 1 de enero del próximo año.
Tampoco parece haber unanimidad en el Ejecutivo gallego sobre la creación de la policía autónoma. El más interesado es el Partido Nacionalista Galego (PNG), que ha logrado incluir una partida en los presupuestos de este año para realizar los estudios previos sobre el futuro cuerpo policial autonómico.
Entre los proyectos de Presidencia figura también la creación de policías locales, y otra consellería controlada por el PNG, la de Pesca, pretende poner en marcha la policía del mar en el plazo de un año.
No a la reforma del estatuto
Los partidos políticos más importantes no se plantean por el momento la reforma del estatuto de autonomía. Alianza Popular, PSG-PSOE, Coalición Galega y Partido Nacionalista Galego aceptan el actual status quo, aunque las fuerzas nacionalistas creen que es posible elevar el techo de competencias dentro del estatuto.
El PSG-Esquerda Galega, que cuenta con tres escaños en el Parlamento autónomo, defiende el derecho de autodeterminación de Galicia, al igual que el Bloque Nacionalista Galego (BNG), con un solo diputado. El BNG rechaza el marco estatutario y constitucional por considerar que no permite el verdadero autogobierno de Galicia.
Existe también un sector nacionalista dentro del PSOE gallego que no renuncia a la reforma del estatuto. Esta reivindicación está recogida en la ponencia alternativa que los nacionalistas presentarán en el próximo congreso del PSG-PSOE, a celebrar a mediados del presente mes en la isla de La Toja.
El nuevo Gobierno ha conseguido, aunque sólo ligeramente, contener el aumento de gastos de personal en los presupuestos de la comunidad autónoma. Estos gastos se habían incrementado en un 12,70% en 1987. En los presupuestos de 1988 el porcentaje ha disminuido hasta situarse en un 11,52%. Los nuevos presupuestos, sin embargo, superan también en más de 40.000 millones a los del año anterior: 235.000 frente a 190.000.
A pesar de todo, el capítulo de personal sigue acaparando el 32% de los gastos de la comunidad autónoma. Las inversiones reales suponen el 29,4% y los gastos de funcionamiento el 6,8%. Los medios de comunicación autonómicos se llevan el 1,7% del presupuesto. La radio y la televisión gallegas fueron creadas hace tres años y en ellas trabajan unas 500 personas. Su presupuesto, de 5.000 millones de pesetas anuales, supera al de la Consellería de Pesca, que apenas sobrepasa los 3.000 millones.
Desde su toma de posesión, el nuevo Gobierno gallego ha levantado la bandera de la inversión como objetivo fundamental para acabar con la crisis industrial de la comunidad e intentar la modernización de su sistema productivo.
El departamento más favorecido por los nuevos presupuestos es el de Ordenación del Territorio y Obras Públicas, al frente del que figuran el secretario general de los socialistas gallegos, Antolín Sánchez Presedo. La Consellería de Ordenación se lleva más de 28.000 millones, dedicados en su mayor parte a inversiones.
La consellería con más presupuesto es Educación, más de 86.000 millones y el 36,90% del total, ya que este departamento debe hacer frente a las remuneraciones del personal docente de la comunidad autónoma. Las carteras con menos presupuesto son pesca, con 3.400 millones y cultura, con 5.352.
Deuda
Para tratar de mejorar la capacidad inversora del Gobierno, el conselleiro de economía ha anunciado la próxima emisión de 15.000 millones de pesetas en deuda pública, merced a un crédito sindicado con entidades financieras gallegas.
La emisión de deuda pública fue un método ya socorrido por los sucesivos gobiernos aliancistas, aunque en menor medida que las previsiones del actual Ejecutivo de coalición. En 1983 se emitieron 3.000 millones; en 1985, 4.000, y en 1986 otros 3.000.
La propia actuación del Gobierno ha hecho aumentar, lógicamente, el interés de los gallegos por la autonomía, y de hecho la participación en las elecciones autonómicas es similar al de las legislativas, una media de algo más de un 50%. Los espectaculares niveles de abstención en la consulta del estatuto sólo volvieron a rozarse en el referéndum sobre la permanencia de España en la OTAN.
Los últimos acontecimientos de la política gallega, con el cambio de Gobierno, y los sucesos posteriores al embarrancamiento en Finisterre del buque panameño Cason han contribuido a sembrar de nuevo el descrédito de la autonomía y de la clase política entre el tradicionalmente escéptico pueblo gallego
En Galicia se mantienen las delegaciones ministeriales de cultura, educación, transportes y agricultura. Algunas fuentes de la Xunta consideran que hay duplicidad por la existencia de los gobiernos civiles "con un excesivo numero de asesores sin función fija y con más interés en las cuestiones propiamente políticas que en las de orden público".
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