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MILLONARIOS DE LA FUNCIÓN PÚBLICA

Un 'sindicato' y un catálogo de privilegios

La condición jurídica de funcionarios es inesquivable para los registradores, ya que el procedimiento de ingreso en la carrera administrativa, la dependencia jerárquica del Ministerio de Justicia, la posibilidad de recurrir sus actos y, sobre todo, la prestación de un servicio público desde una oficina pública no dejan lugar a dudas. Pero se trata de funcionarios que, junto al privilegio de sus retribuciones, cuentan con procedimientos expeditivos para hacerlas efectivas, una semana laboral especialmente corta, una jubilación a los 70 años y un sindicato eficaz: el Colegio Nacional de Registradores de la Propiedad.Mientras la gran mayoría de los funcionarios perciben sus retribuciones por mensualidades vencidas, los registradores suelen exigir a los particulares el cobro adelantado de honorarios. En todo caso, el registrador dispone siempre de un procedimiento enérgico y sumarial de apremio, regulado por el artículo 617 del Reglamento Hipotecario, que, en palabras de un empleado de registro, lleva a "la alucinante situación de que un ciudadano puede ver embargados sus bienes ante el impago de retribuciones a un funcionario público como es el registrador".

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Aparte de los privilegios económicos, los registradores tienen, a diferencia de la generalidad de los funcionarios, una semana con tres días de trabajo y 100 horas de trabajo al mes. Es ya tópico el incumplimiento de la regla general de residencia de los funcionarios. "Cuando muere un registrador es frecuente que el entierro se efectúe en Madrid, con asistencia de numerosos registradores", comentaba con ironía un fiscal. Durante muchos años, el ex ministro Pío Cabanillas, gallego de origen y madrileño de adopción, fue titular del Registro de la Propiedad número 3 de Almería, del que recientemente se ha trasladado al número 1 de Colmenar Viejo (Madrid).

Otro privilegio -que comparten con notarios, agentes de cambio y bolsa y corredores de comercio- es la jubilación a los 70 años, en lugar de a los 65 años, como el resto de la función pública, incluídos catedráticos y magistrados. Por último, cuentan con un Colegio Nacional de Registradores de la Propiedad, influyente y eficaz sindicato.

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