Control militar en las calles de Honduras
Tropas del Ejército apoyadas por carros de combate patrullaban ayer la capital hondureña tras la declaración del estado de emergencia decretado por el Gobierno, después de las graves manifestaciones antinorteamericanas del jueves por la noche, que acabaron con el trágico balance de cinco jóvenes muertos, cuatro de ellos por disparos efectuados desde el Interior de la Embajada de EE UU.
El presidente de Honduras, José Azcona, se enfrenta a la crisis más dificil que se ha generado en sus dos años y dos meses de Gobierno liberal con esta explosión popular antinorteamericana, sin precedentes en este país, un tradicional aliado fiel de Washington.El Gobierno del presiente José Azcona (que suspendió el viaje que hoy, domingo, iba a emprender a Italia, y no ha precisado si mantiene su visita a España para el día 18) dijo ayer que había sido descubierto "un amplio plan de acciones terroristas para provocar caos, desorden y malestar", apoyado por grupos de la guerrilla salvadoreña. El comunicado gubernamental, transmitido por la radio, relaciona también a los narcotraficantes en la provocación de la violencia.
Una bomba de alto poder voló ayer una torre del tendido eléctrico en Tegucigalpa, y otro artefacto explosionó en las cercanías de la cancillería hondureña, la Embajada y el consulado de Estados Unidos, edificios separados entre sí por unos 100 metros. Fuentes oficiales dijeron a Efe que la torre del tendido eléctrico estaba situada en la populosa colonia de San Miguel, en la periferia este de Tegucigalpa, y causó daños materiales en el servicio de energía eléctrica.
No se informó de los daños causados por el segundo artefacto, que sacudió las viviendas de varias colonias, incluso las ubicadas a 700 metros del lugar de la explosión.
Todas las emisoras de radio permanecen en cadena nacional, según orden del Gobierno, a través de la empresa Hondureña de Telecomunicaciones (Hondutel). El Gobierno prohibió a las emisoras de televisión que emitan noticias y pidió a los periódicos que moderen el tono de su información sobre los disturbios.
El Departamento de Estado norteamericano ha recomendado a sus ciudadanos que no viajen a Honduras, mientras la Embajada de EE UU en Tegucigalpa ha aconsejado a sus nacionales en Honduras que extremen sus precauciones. Un grupo de 40 ciudadanos norteamericanos que se hospedaban en un lujoso hotel de la capital fueron traslados en un autobús hacia un lugar no revelado como medida de precaución.
Las manifestaciones en Tegucigalpa, de especial virulencia el jueves, han sido la respuesta de diferentes sectores que repudian la captura del capo mafioso hondureño Juan Ramón Matta y su entrega ilegal a las autoridades de EE UU. Matta se encuentra en una cárcel de máxima seguridad norteamericana situada en Marion (Illinois) y conocida como el nuevo Alcatraz.
En Estados Unidos se responsabiliza a Matta de varios delitos, entre ellos haber participado en el asesinato del agente estadounidense antidroga Enrique Camarena, ocurrido en febrero de 1985 en Guadalajara (México).
Todos los organizadores de las manifestaciones han aclarado que no defienden a Matta por sus acciones particulares en Honduras o el exterior, sino por su condición de ciudadano hondureño "que no debió haber sido entregado a EE UU".
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