Giorgio Strehler estrena en Milán 'Como tú me deseas', de Pirandello
El pasado 28 de marzo el Piccolo Teatro de Milán estrenó Come tu mi vuoi (Como té me deseas), de Luigi Pirandello, en el montaje de Giorgio Strehler. Diversas y contundentes son las razones que hacen de este trabajo -acogido por la crítica italiana y el público milanés de manera triunfal, con más de 15 minutos de aplausos y una interminable ovación para la actriz Andrea Joansson y el resto de los intérpretes- uno de los más interesantes espectáculos de la presente temporada teatral europea.
Entre dichas razones, el reencuentro de Strehler con Pirandello después de 22 años, cuando dirigió I giganti della montagna, un montaje considerado hoy como clásico; el carácter internacional de la producción -Piccolo Teatro, Théâtre de l'Éurope (Odéon, París) y Centro Dramático Nacional (Madrid)- y del reparto, compuesto por intérpretes austriacos, alemanes, italianos, más un inglés, un francés y un español, y el hecho de tratarse del espectáculo que hace el número 200 de los producidos por el Piccolo desde su fundación.Come tu mi vuoi, estrenada en el teatro Filodrammatici de Milán el 18 de febrero de 1930 por la compañía de Marta Abba -la cual, a sus 88 años, ha terminado por autorizar a Strehler el montaje de la obra, cuyos derechos ella posee y que durante años se los había negado-, surge, por así decirlo, de una costilla de I giganti della montagna, pieza que el siciliano dejó incompleta y Regó a estrenarse en 1937, ya fallecido su autor. En esta obra, al igual que en otras anteriores -Cosí è (se vi pare), L`innesto (El iinjerto), por citar dos títulos harto significativos-, Pirandello presenta sus tesis relativistas en torno al yo; enfrenta de nuevo la verdad y la ficción teatral y aborda el problema de la verdad histórica a través de un caso de desdoblamiento de la personalidad ligado al tema de la amnesia. Al parecer, el siciliano se inspiró en el affaire Casella-Bruneri, que apasionó y dividió al pueblo italiano a fina les de los años veinte.
En febrero de 1927 la Domenica del Corriere publicó la fotografía de un amnésico hallado en Milán e ingresado en el hospital de Collegno. ¿Quién era ese hombre? ¿El profesor Canella, dado por desaparecido en 1916, durante un combate entre las fuerzas italianas y el Ejército búlgaro, o el tipógrafo turinés Bruneri, con antecedentes por robo y estafa? Para Giulia Canella, la mujer del profesor, el amnésico era su marido; para Camilla Dadini, la amante de Brunori, el amnésico era el tipógrafo. El tribunal de casación dictó sentencia declarando que el amnésico era Bruneri, al que condenó a prisión. Pero amnistiado después de dos años de cárcel, Bruneri se fugó con la señora Canella.
En Come tu mi vuoi, Pirandello -que escribe la pieza para Marta Abba- convierte al amnésico en amnésica. El personaje de L'ignota (la desconocida), una artista de cabaré arrojada por la gran guerra -la anmesia es, a la vez, parábola y consecuencia de la guerra- en ese asilo de locos que es el Berlín de los años veinte, es disputada de una parte por el novelista germano Carl Salter y su hija Mop -una lesbiana, loca, como el padre, por la hermosa desconocida- y de otra por Bruno Pieri, un terrateniente de Udine, en el Veneto, que la identifica como su esposa, desaparecida durante la guerra.
¿Quién es esa desconocida? ¿La Elma -el agua, en árabe, como dice el propio personaje, que fluye y se escapa de la mano de Salter-, o la Lucía de Bruno Pieri y su familia? A diferencia de Cosí è (se vi pare), en que Pirandello se divierte planteando al público un problema insoluble, en Come tu mi vuoi el autor deja en un segundo plano el problema de la identidad civil de la desconocida para centrarse en la relación que la desconocida-Elma-Lucía intenta vanamente establecer con Bruno Pieri. "Fammi tu, come tu mi vuoi" le dice la mujer a Bruno Pieri. Pero le pone una condición: que él se crea lo que ella es, lo que él quiere que sea, tal como la desea, y que, en consecuencia, llegue a convencerla de que ella es Lucía, su esposa. Al final de la obra la desconocida volverá con Salter, que intentó suicidarse por ella.
Estreno español
Para Strehler, la desconocida no es tan sólo una mujer: es también Europa, "la Europa que salía de una guerra y se preparaba para entrar en otra", como declara a Ugo Ronfani (II Giorno). "Pirandello no podía saberlo", dice Strehler. "Para él, la desconocida era Marta Abba, actriz italiana; para nosotros, hoy, puede ser una actriz mitad austriaca mitad italiana" (Andrea Joansson, la actriz que interpreta el personaje de la desconocida es la primera actriz del Burgtheater vienés y esposa de Strehler).Así, pues, no es de extrañar que para montar sobre un escenario esa "reflexión histórica" -cito al propio Strehler-, "esa operación crítico-poética" esa "interrogación sobre la Europa perdida" que renace en la figura de la desconocida, confundida ya con nuestro destino de europeos, el director haya tenido la atrevida y genial idea, sorprendentemente eficaz, de traducir al alemán una parte considerable de las réplicas del primer acto, que transcurre en Berlín, aquel asilo de locos.
Junto a la Joansson -vestida con un espléndido traje de noche histórico, procedente de la colección del famoso sastre romano Tirelli, colaborador de Visconti-, la también actriz austriaca Mirjam Ploteny (Mop), el actor muniqués Franz Bochin (Salter), el también germano Klaus Dittmann (el portero), más el italiano Franco Graziosi (Boffi), expresándose indistintamente en alemán e italiano, componen, apresados en esa cárcel de lujo que es el apartamento de Salter (diseñado por Ezio Frigerio), sacudidos por la música de Schönberg (Verklärte nacht), una escena alucinante, una irónica caricatura del mejor Pabst. Joansson, la desconocida, citando ora a Louise Brooks ora a Mary Wigman, se transforma en ese fantasma, desecho de la guerra creado por el puritano Pirandello.em0
Come tu mi vuoi se representa en Milán hasta el 17 de abril. Luego el espectáculo viajará a París (Odéon, Théâtre de I'Éurope) y en mayo, principios de junio, es probable que se presente en el Centro Dramático. Probable, pero no seguro, pues las noticias que nos han facilitado en Madrid y Milán son contradictorias. En todo caso, de no ofrecerse esta temporada, es seguro que se ofrecerá en la próxima, pues no en vano el Centro Dramático Nacional participa en la coproducción de la obra, aunque sea a título de teatro que acoge, programa el espectáculo.
Babelia
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