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HACIA LA ANSIADA PAZ

Washington confía en un "rápido progreso" en las negociaciones de Ginebra

Francisco G. Basterra

Estados Unidos recibió ayer con "gran interés" las noticias del acuerdo alcanzado por Gorbachov para concluir el conflicto de Afganistán y confió en un "rápido progreso" en las negociaciones de Ginebra, que le permitiría a Washington firmar, como garante, la paz en ese país. El Departamento de Estado precisó, sin embargo, que aún no ha recibido respuesta a la última propuesta de EE UU que dejaría a Washington seguir armando a la guerrilla afgana mientras Moscú continúa su apoyo a Kabul, después del inicio de la retirada de las tropas soviéticas.Esta respuesta la esperamos "pronto" y hasta entonces reservaremos nuestro juicio sobre lo concluído en Thashkent entre Gorbachov y el dirigente afgano Najibulá. Pero la sensación aquí es que un final satisfactorio para Reagan y Gorbachov está cercano. La desaparición del mayor contencioso regional entre las dos superpotencias, antes de la llegada de Reagan a Moscú, a finales de mayo, supone un estímulo para que la cumbre del presidente y Gorbachov se traduzca en resultados concretos en materia de reducción de armamentos.

Afganistán y Pakistán están a punto de llegar a un acuerdo en Ginebra, en el que las dos superpotencias firmarán como garantes. Al mismo tiempo, éstas ultiman la nueva propuesta norteamericana en la que Washington ha buscado una fórmula que permita continuar la ayuda a ambos bandos, "con un equilibrio y obligaciones recíprocas", que cesarla si una de las partes deja de hacerlo.

En la recta final de las negociaciones, Reagan introdujo la exigencia de una "simetría" en la ayuda, por la que la retirada soviética significaría automáticamente el fin del rearme norteamericano de la guerrilla anticomunista afgana y el cese de la ayuda soviética al Gobierno de Kabul. El rechazo de Moscú fue rotundo. Así, el presidente respondía a las presiones de los sectores más conservadores, que entendían que Reagan dejaría en la cuneta a los guerrilleros afganos, a cambio de un acuerdo de salida de los soviéticos, iniciada antes de la cumbre de Moscú. Ahora, los diplomáticos estadounidenses han abandonado esta idea, bautizada como simetría negativa para pasar a la simetría positiva, que permitiría una moratoria de la situación actual.

Ampliar relaciones

Fue la decisión de Breznev, en diciembre de 1979, de entrar en Afganistán lo que provocó el fin de una etapa de distensión entre las dos superpotencias, obligando a Jimmy Carter a reconsiderar las relaciones con la URSS y al Senado a no ratificar el tratado SALT 2. Pero ahora la mejoría de las relaciones entre los dos países es evidente, como quedó reflejada ayer en el anuncio de que Reagan ha dado la luz verde a planes para ampliar las relaciones comerciales con la URSS, haciendo caso omiso a las reservas de los halcones que se oponían a fortalecer la economía del principal adversario de este país.

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