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"Sería contraproducente una nueva ayuda militar a la 'contra", asegura Sanguinetti

Declaraciones a EL PAÍS del presidente de Uruguay

El presidente de Uruguay, Julio María Sanguinetti, califica como "un triunfo de Centroamérica" el acuerdo de alto el fuego alcanzado en la noche del miércoles (madrugada del jueves en España) entre el Gobierno nicaragüense y la contra, y advirtió que sería "claramente contraproducente" un nuevo envío de ayuda militar norteamericana a los rebeldes. "No es posible mantener encendidos los motores de la guerra cuando todos deseamos la paz", dice el jefe del Estado uruguayo, poco antes de regresar en la madrugada de ayer a su país, después, de efectuar una visita de 24 horas a España, punto final de su gira europea, que incluyó a la Unión Soviética.Pregunta. Como presidente de un país miembro del Grupo de Apoyo a Contadora, ¿cómo califica el acuerdo de alto el fuego en Nicaragua?

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Respuesta. Es un triunfo, en primer lugar, de la voluntad negociadora y de la capacidad de los propios centroamericanos de dialogar para llegar a un entendimiento. También ha sido un triunfo de Contadora y del Grupo de Apoyo, que hemos mantenido siempre en alto la fe y la actitud afirmativa ante quienes nos criticaban por permitir la subsistencia del régimen sandinista. La paz en Nicaragua es un triunfo y un alivio para América Latina, porque una guerra habría incendiado la región.

P. ¿Qué opina de las intenciones del presidente Ronald Reagan de buscar la aprobación de un nuevo paquete de ayuda militar para la contra?

R. Es claramente contraproducente. No contribuye al clima de paz que buscan los centroamericanos. No es posible mantener encendidos los motores de la guerra cuando todos deseamos la paz. América Latina ha demostrado una madurez que le permite buscar un camino propio para la resolución de sus conflictos.

P. ¿Cree que los países latinoamericanos deberían tomar parte en el conflicto de Panamá?

R. La situación en Panamá, aun con ser muy delicada y dificil, no se ha transformado en un conflicto internacional. Es un problema interno y entre ese país y Estados Unidos, con el cual Panamá ha estado estrechamente ligada desde su nacimiento como nación. Esperamos que la actual crisis se resuelva con inteligencia, flexibilidad y buena voluntad de todas las partes.

P. Usted ha elogiado la oferta española de acoger al general Noriega. ¿Estaría Uruguay dispuesto a hacer lo mismo?

R. Es un tema que no se ha planteado, porque nosostros formamos parte de América Latina e integramos, junto con Panamá, el Grupo de los Ocho [Contadora más el Grupo de Apoyo]. España, en cambio, está fuera de la zona, pertenece a Europa y no tiene ningún interés específico en la crisis panameña. La oferta de España es generosa y, aunque se ha prestado para la polémica, ha sido muy positiva e inteligente.

P. Su primera visita oficial a la Unión Soviética se ha producido en un clima de desarme y distensión entre la URSS y Estados Unidos. ¿Qué beneficios ve para Latinoamérica de este proceso.

R. Este clima es vital para nosotros por dos razones: la paz es una condición indispensable para nuestra supervivencia y nuestra viabilidad, y, por otra parte, el desarme permitirá a EE UU y la Unión Soviética liberar grandes cantidades de recursos que irán a tonificar la demanda mundial y, en consecuencia, más posibilidades para nuestro desarrollo. Un efecto adicional del entendimiento entre sovíéticos y norteamericanos es que contribuye a racionalizar el debate político interno en nuestros países y favorece el surgimiento de las opciones más moderadas.

P. Uruguay enfrentará este año un referéndum sobre la amnistía a los militares acusados de violar los derechos humanos. ¿Puede generar una nueva crisis institucional?

R. No tengo dudas de que en el referéndum se va a confirmar la amnistía. Si no, el país se remontaría a las querellas del pasado, y eso le impediría mirar con confianza hacia el futuro. El referéndum es antihistórico y representa la opción de unas minorías que, aunque respetables, alientan un izquierdismo nostálgico.

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