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Europa se puede volver un museo, advierte Fontaine

Comienza un encuentro de la francofonía en España

Dos ejemplos ilustran hasta qué punto Europa ha dejado de ser una potencia, según dijo ayer en Madrid André Fontaine, director de Le Monde: Jacques Chirac, el primer ministro francés, hubo de parar sus proyectos de reprivatizar empresas a causa del crack de Wall Street, y, segundo, los recientes acuerdos de desarme entre Reagan y Gorbachov han sido adoptados sin participación europea. Fontaine inauguró ayer el primer encuentro internacional de la francofonía en España, que se desarrollará hasta el sábado en la universidad de Alcalá de Henares.

"Es peligroso hacer predicciones, y sobre todo sobre el futuro", citó André Fontaine para subrayar cuán difícil le parecía hablar de la Europa del año 2.000; nadie, en 1968, hubiera imaginado, indicó, que ésta sería la Europa de 1988.El encuentro ha sido organizado por Le Monde y EL PAÍS, la asociación Ici & La, de profesores de francés, y la asociación de amistad Diálogo, con el apoyo de otras varias entidades. Presidió la inauguración Javier Solana, ministro de Cultura.

Fontaine explicó el proceso que condujo a los europeos a buscar una unión -las causas de la creación de la Comunidad Económica Europea fueron esencialmente económicas- y, sobre nuestro tiempo, indicó que "el gran riesgo para nosotros es el de convertirnos en el museo de nuestras ruinas, a la merced de los turistas japoneses, coreanos y, si el dolar se mantiene, americanos".

Pero Europa pretende seguir siendo propietaria de su destino. El problema que se plantea es cómo de la diversidad europea puede surgir una identidad común, que sin embargo existe: Fontaine explicó cómo se siente en su casa en Francia, España e Italia, y también en Polonia u otros países del Este. "Europa no puede, permanecer dividida a lar go plazo", dijo. "Polacos y húngaros son tan europeos como nosotros".

Unida tras la guerra por intereses económicos comunes, es dudoso que semejantes razones motivaran hoy en día a los europeos a unirse, pues el mercado se ha vuelto universal. Pero los europeos comparten "una voluntad de existir", y poco a poco pequeños acuerdos introducen una "dimensión política" en las relaciones europeas. Es preciso, sin embargo, que los europeos tengan una conciencia común de no ser ni norteamericanos ni soviéticos, que tengan la intención de gobernarse a sí mismos y, "lo más difícil, que Europa se sienta solidaria en la defensa: No se es independiente en un protectorado militar". Por último, recordó el hecho decisivo de que en el año 2.000 el 80%. de la humanidad vivirá en el Tercer Mundo.

Otras intervenciones

La conferencia de Fontaine síguió a una mesa redonda presidída por Soledad Gallego-Díaz, directora adjunta de EL PAIS. Entre otros, Jean Marie Dupont, director de comunicación de Le Monde, indicó que "el mundo ve el futuro a través de una mirada anglosajona". Claude de Groulart, de Le Soir, abogó por la creación de una agencia de prensa francófona. Tierry Maliniak, corresponsal de Le Monde en Madrid, diferenció entre periodismo anglosajón y del sur. Rafael Conte, de El País, dijo que "Babel es una bendición" y abogó por una cultura mestiza. Juan Cueto, de EL PAÍS, dijo que la ciencia es el lenguaje de este fin de siglo. Soledad Gallego-Díaz se preguntó si cabe un periodismo europeo.

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