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Entrevista:

Los socialistas italianos exigen el apoyo de la DC para lograr el desplome comunista

Juan Arias

"El precio que pondremos a la Democracia Cristiana para participar plenamente en el nuevo Gobierno italiano es que sea en esta fase un fiel aliado nuestro en una operación que conduzca de aquí a 1990 al desplome definitivo del Partido Comunista, para que podamos recuperar nosotros parte de los votos de este partido", ha declarado a EL PAÍS Gennaro Acquaviva, consejero del principe Bettino Craxi, el secretario general del Partido Socialista Italiano (PSI).Senador y católico, Acquaviva fue el gran artífice del nuevo concordato entre la Santa Sede y el Estado italiano alcanzado durante la jefatura del Gobierno de Craxi.

Pregunta. Hay quien piensa que es en realidad el miedo socialista a la alternativa de izquierdas lo que permite que la Democracia Cristiana pueda seguir al frente del Gobierno y del poder en este país.

Respuesta. Para nosotros este próximo Gobierno será sólo una fase de transición para realizar una reforma del sistema político, que se ha hecho inaplazable. Loímportante para nosotros es que la Democracia Cristiana, con De Mita o sin él, ya no va a conseguir un voto más de los que tiene, que el, Partido Comunista irá perdiendo votos en cada nueva elección, mientras que el Partido Socialista es el único que está en alza.

P. Pero ahora, con la presidencia De MitaÍ la democracia cristiana podría relanzar su política y recuperar apoyo.

R. En primer lugar, nosotros haremos todo lo posible para que el jefe del Gobierno no sea él. La partida está aún abierta.

Pactar con Andreotti

P. De no ser De Mita, ¿a quién preferirían ustedes?

R. Por supuesto, a Giulio Andreotti. Con él es más fácil hacer ciertos pactos.

P. ¿Y no tienen miedo a que De Mita, si le ponen demasiadas dificultades, pueda hacer un pacto con los comunistas?

R., Que intente hacerlo. Perdería de golpe el 10% de los votos, sin olvidarse del riesgo para el partido de los católicos de aliarse con los comunistas con el Papa polaco en el Vaticano.

P. ¿No tiene miedo por lo menos a flaco Ciriaco De Mita pude hacer ahora sombra a la imagen que se había creado Craxi cuando estuvo en el Gobierno?

R. De ningún modo. De Mita nunca podrá ensombrecer lo que Craxi ha conquistado a nivel mundial, su prestigio de hombre de Gobierno y de Estado. Además, si De Mita fuera presidente, ya nos encargaríamos de marcarle con hombres que le hagan la

guerra. A nosotros lo que nos interesa sobre todo es ir debilitando al PCI para recuperar los votos progresistas.

P. ¿Por qué Craxi tiene tanto interés en que se llegue a la elección directa del jefe del Estado?

R. Creo que es una idea genial para poder, en la práctica, antes incluso de las nuevas reformas, llevar a cabo la agregación de dos polos: el progresista y el conservador. Y es evidente que en aquel caso quien guiaría el polo progresista sería el Partido Socialista, ya que los italianos no elegirían nunca como presidente de la República a un comunista.

P. ¿Esperan que sea Craxi?

R. Precisamente Craxi ha dicho ya que le interesa tanto la idea que estaría dispuesto a renunciar ya desde ahora a su candidatura.

P. En un libro reciente se afirma que la corrupción política ha aumentado proporcionalmente más en el Partido Socialista que en otros partidos.

R. Nosotros estamos recogiendo material para demostrar que eso no es cierto, lo cual no significa que la corrupción no nos haya salpicado también a nosotros. El problema de fondo es la falta de un recambio político, de un sistema sin alternativas democráticas.

P. ¿Pedirán esta vez para ustedes ministerios tabú a los que la Democracia Cristiana nunca ha renunciado en 40 años?

R. Nos gustaría el de Asuntos Exteriores, pero temo que no tengamos la persona preparada para ello. Lo que sí quisiéramos es el Ministerio del Interior, para llevar a cabo la reforma de las autonomías locales, solventar el problema de las finanzas de provincias y regiones, para volver a un poder más centralizado y para devolver al ciudadano una mayor seguridad frente a la criminalidad, sobre todo la organizada.

P. ¿Es optimista sobre el futuro del Partido Socialista?

R. Creo, sin ser tachado de inmodestia, que hemos emprendido el camino de la victoria, preparando ese polo progresista que acabe con la ambigüedad comunista, que cree una política firmemente reformista capaz de agrupar a todos los votos hasta hoy progresistas y recuperar los del centro

Acquaviva se da cuenta de que su proyecto es ambicioso y añade: "Claro que para esto es necesario un gran líder, una fuente personalizada capaz de guiar a estas fuerzas del progreso". Por supuesto que para él el único hombre capaz es Craxi, su príncipe.

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