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Carlucci y Yazov pasan revista en Berna a la doctrina militar de las dos superpotencias

Pilar Bonet

El secretario de Defensa norteamericano, Frank Carlucci, y el ministro de Defensa soviético, Dimitri Yazov, pasaron revista ayer en Berna a un amplio temario, que abarcó desde la verificación del tratado INF sobre eliminación de misiles nucleares de alcance intermedio hasta las doctrinas militares de ambos países, en una intensa jornada que inaugura una nueva etapa en los contactos militares entre las dos superpotencias.

La URSS culpó ayer a EE UU de cuatro encontronazos militares ocurridos entre marzo de 1985 y febrero de 1988, en un despacho de la agencia Tass. La lista, que menciona la presencia del buque Yorktown y el destructor Caron en el mar Negro el pasado 12 de febrero, recoge el incidente en el cual resultó muerto el oficial norteamericano Arthur Nicholson, un suceso por el cual Carlucci quiere obtener una disculpa oficial de Moscú.Los dos altos funcionarios, vestidos ambos de paisano, se reunieron ayer por la mañana durante casi cuatro horas en la Embajada estadounidense y prosiguieron por la tarde en la Embajada soviética, tras una comida oficial en la residencia del embajador norteamericano en Suiza.

La atmósfera del encuentro fue "muy positiva, de cooperación y sincera", según manifestó Daniel Howard, secretario adjunto de Defensa para las relaciones públicas al término de la sesión matinal. Ni los portavoces soviéticos ni los norteamericanos hicieron ayer comentarios sobre la sustancia del intercambio de opiniones entre Carlucci y Yazov, que tiene carácter de negociación ni está concebido como reemplazo de otros foros de discusión soviético-norteamericanos sobre armamento.

Ésta es la primera vez desde 1945 que los máximos responsables militares de EE UU y la URSS se reúnen para debatir directamente asuntos de su competencia, sí se excluye un breve encuentro protocolario en 1979 con ocasión de la firína del tratado SALT 2 en Viena.

El régimen de verificación del tatado sobre armas nucleares de alcance intermedio (INF) y el progreso en las negociaciones sobre temas estratégicos abrieron la sesión matinal, durante la cual los ministros estuvieron sentados frente a frente flanqueados por el grueso de sus respectivas delegaciones. Junto a Yazov, estaba el coronel general Nikolai Chervov, portavoz del Estado Mayor; y junto a Carlucci, Ronald Lehman, secretario adjunto de Defensa para Política de Seguridad Internacional. Ambos dialogaron ayudados por intérpretes. Yazov "hablaba en frases" y Carlucci, "en párrafos", según Howard.

La verificación de los dos tratados sobre explosiones nucleares firmados en 1974 y 1976, respectivamente, fue tratada en la sesión matutina, así como las armas químicas, el presupuesto militar y la falta de cumplimiento de anteriores tratados, según dijo Howard.

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Cuestión de presupuestos

En lo referente al presupuesto militar, el portavoz norteamericano subrayó que la discusión había afectado particularmente al presupuesto soviético. Moscú, que aprueba cada año un presupuesto de defensa de carácter formal en una sesión del Soviet Supremo, reconoció en 1987 que la cifra registrada (alrededor de un 5%) tiene carácter parcial.

Los gastos reales de defensa soviéticos son objeto de estimaciones que varían entre un 127. y un 15% en medios militares occidentales e interpenetran los sectores de producción considerados en un principio como civiles.

Al referirse a la violación de tratados firmados, Howard citó el radar de Krasnoyarsk, una instalación soviética que, según EE UU, viola el tratado sobre misiles antibalísticos (ABM) firmado en 1972.La prevención de encontronazos peligrosos entre unidades soviéticas y norteamericanas era parte del temario abordado por la tarde, al igual que las armas convencionales y las asimetrías existentes en este campo. En ruta hacia Suiza, Carlucci había declarado su intención de solicitar una disculpa soviética por el ametrallamiento en 1985 del oficial Arthur Nicholson por un centinela soviético en la RDA.

La jornada de ayer supuso un bautizo de fuego en los foros internacional para Dimitri Yazov, ministro de Defensa desde finales de mayo de 1987, tras la fulminante destitución de su antecesor, Serguei Sokolov, propiciada por el aterrizaje de una pequeña avioneta germano occidental en plena plaza Roja de Moscú.

En estricta observancia de la campaña antialcohólica vigente en la URSS, Yazov se limitó a tomar una naranjada como aperitivo antes del almuerzo en la residencia del embajador norteamericano que goza de vista sobre los Alpes. "Hay que salir de Moscú para obtener vodka", le dijo Carlucci a su colega. "Niet" ("no" en ruso), replicó éste, y agregó en inglés: "No problem".

Carlucci y Yazov, por este orden, celebran hoy sendas conferencias de prensa tras un desayuno de trabajo que ha de redondear la jornada de ayer.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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