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ANTE EL 'SUPERMARTES'

Dos naciones

Francisco G. Basterra

"América está convirtiéndose de nuevo en dos naciones separadas", asegura sombríamente un grupo de expertos reunido para estudiar el informe de la comisión Kerner, que, en 1968, justo después de los disturbios raciales que asolaron las grandes ciudades, concluía que "nuestra nación se mueve hacia dos sociedades, una blanca y otra negra, separadas y desiguales". Jesse Jackson, el candidato de color a la presidencia, clamó el domingo que "hay más negros en las cárceles y menos en las universidades" que hace dos décadas.

Y los niños negros se mueren más que los blancos. A pesar de los enormes progresos, sobre todo legales, logrados en los últimos 20 años en las relaciones entre las dos razas, el problema de los guetos negros en las grandes ciudades es mayor que entonces. "Son disturbios callados", advierte el nuevo estudio, "en forma de desempleo, pobreza, mala situación de las viviendas, segregación escolar y crimen. No son visibles para muchos, pero son más destructivos para la vida humana que la violencia de hace 20 años".

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El informe original de la comisión Kerner, que decía que la separación entre las razas podría ser anulada por un cambio de actitudes y el compromiso de "la nación más poderosa y rica de la Tierra", hizo que Robert Kennedy decidiera presentarse a la presidencia.

Hoy, los expertos admiten que, aunque reducida, se ha creado una clase media negra. Y también son signos positivos la creciente elección de dirigentes políticos de color (en 1968 sólo había alcaldes negros en dos ciudades importantes, hoy ocupan la alcaldía en 16) y la integración de las fuerzas de la policía y en los lugares de trabajo.

Sentimientos racistas

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Pero la concentración de una mayor pobreza en una subclase negra urbana -de la que sus componentes en el gueto no pueden salir-, provocada por la Migración de la clase media de color y de los blancos fuera de los centros de las ciudades, pesa como un factor tremendamente negativo, y aviva los sentimientos racistas, aumenta los incidentes raciales y extiende, injustamente, la idea de peligrosidad real de los guetos a toda la población negra. "Hasta que resolvamos el problema del gueto será imposible tener unas relaciones raciales sanas en este país", advierte el sociólogo William Wilson, de la universidad de Chicago.La huida de los blancos y de los empleos de los suburbios mantiene de hecho la segregación racial en las escuelas del gueto, garantizando el "apartheid urbano" de que hablaba el informe Kerner. En 1968, el paro negro era más del doble que el de los blancos. Hoy, la relación sigue siendo de más de dos a uno. Hace 20 años, la renta media de los negros era el 58% de la de los blancos. En 1988 continúa fija en ese mismo porcentaje. Los expertos que han analizado el estado de la mínoría étnica negra 20 años después del informe concluyen también que los problemas asociados con la población de color se extienden ahora a los hispanos.

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