_
_
_
_
_

García Vargas pide en Londres que la lucha anti SIDA se una a la lucha contra la droga

El ministro de Sanidad español, Julián García Vargas, manifestó ayer ante la Conferencia Mundial sobre Programas de Prevención del SIDA, que se clausura hoy en Londres, que "es imprescindible ligar los programas confirma el SIDA y la droga", y pidió para ello que "se relacionen más intensamente las actuaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y de la comisión de Naciones Unidas sobre tráfico de estupefacientes. Esta tarde se hará público el acuerdo entre los 114 ministros de Sanidad y 620 delegados de 146 países que han acudido a Londres para elaborar una estrategia común sobre el medio más adecuado de informar a la población de los riesgos del SIDA.

Más información
Críticas al discurso de la princesa Ana

La mayoría del resto de los ponentes en esta conferencia, iniciada el martes y organizada por la OMS y el Reino Unido, han centrado la prevención del SIDA en un cambio de los comportamientos personales en el terreno sexual.

El ministro español abrió y cerré su intervención con una proyección de los anuncios emitidos en España el pasado diciembre para informar sobre la forma de contagio del SIDA, trabajo que ofreció a todos los países de América Latina.

La opinión del ministro sobre la vinculación del SIDA con la droga es compartida por el doctor gibraltareño Manuel Carballo, miembro del programa especial de lucha contra el SIDA de la OMS. Según Carballo, el 80%. de los niños afectados por el síndrome son hijos de toxicómanas. En otras estimaciones se afirma que el 257. de los 50.000 casos de SIDA declarados en Estados Unidos están relacionados con el consumo de drogas intravenosas. En Europa, con 8.775 casos, ese porcentaje se sitúa en el 20%. Pero hay que tener en cuenta que se dan grandes diferencias entre los países de la Comunidad Europea en cuanto a la distribución de afectados por SIDA en los distintos grupos de riesgo. Mientras en los países del norte de Europa la principal vía de contagio es entre homosexuales, en España e Italia se registra una mayor presencia de SIDA entre los consumidores de droga por vía intravenosa. El 59% de los 789 enfermos de SIDA declarados oficialmente en España pertenecen a ese grupo.

García Vargas manifestó ante sus homólogos del resto del mundo: "El Gobierno español, a diferencia del de otros países, respetando la privacidad de todos los ciudadanos y teniendo en cuenta nuestra mayor proporción comparada de drogadictos, no es partidario de intentar un cambio radical en los comportamientos más íntimos de las personas, como son los sexuales".

"También deseo subrayar", continuó García Vargas, "que, contra lo que a veces se cree, empezamos a tener cierta evidencia de que las drogodependencias son sensibles a los programas de educación sanitaria y que cambian su conducta en lo que se refiere al uso de jeringuillas desechables y condones".

El gibraltareño Manuel Carballo cree que la atención de los drogodependientes tiene que tomar "prioridad en la lucha contra el SIDA porque se trata de un modo de transmisión poco conocido de un grupo claramente definido a otro grupo más amplio y mal definido. La droga es una cultura ¡legal y, por tanto, oculta. No conocemos, por ejemplo", dijo Carballo, "las relaciones que se establecen entre los que usan droga y los que no la usan. Sabemos que ahora la prostitución y las drogas coinciden con mucha frecuencia, y por ahí se establece una vía de contagio con el cliente, ya que los drogadictos transmiten el SIDA tanto por compartir jeringuillas como por contacto sexual". Para solucionar en parte esta falta de datos, la OMS quiere realizar próximamente un estudio sobre los drogadictos de Barcelona, Nueva York, Edimburgo, Arnsterdam, París, Marsella y Toronto.

García Vargas terminó su intervención señalando que en las campañas del SIDA hay que evitar que pueda percibirse por los ciudadanos cierta hipocresía en las políticas anti SIDA: por un lado estamos hablando de no discriminación, y por otro se lanzan a veces mensajes que descalifican globalmente a los que no siguen pautas ortodoxas de conducta. Luchemos contra el consumo y tráfico de drogas, informemos con verismo a la población, movilicemos nuestras fuerzas. Pero no lancemos condena moral y angustia sobre los que sufren".

Para hoy está previsto que quede concluido un documento suscrito por todos los países que asisten a la conferencia.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_