Del 4,8% de crecimiento económico en 1987, casi la mitad, absorbido por la mayor presión fiscal
La economía española creció el pasado año un 4,8% en términos reales y puede alcanzar este año otro 3,7%, según el balance de 1987 y la revisión de objetivos para el presente año que presentó ayer el ministro de Economía y Hacienda, Carlos Solchaga. Casi la mitad de la riqueza generada, en concreto 2,2 puntos, fue absorbida por las administraciones públicas, centrales. Éstas recaudaron 675.000 millones de pesetas más de lo presupuestado, aplicando 4.00.000 millones a reducir su déficit en 1,6 puntos y el resto a aumentar el gasto. Solchaga, quien calificó de dificil el 3% de aumento de precios a final de año, defendió la bondad de una política económica que mantenga el análisis en el crecimiento sin desatender la corrección de los desequilibrios.El ministro presentó un cuadro macroeconómico de 1987 que incorpora como principales novedades el cierre de los ingresos y gastos públicos, las conclusiones sacadas de los últimos indicadores sobre precios y actividad y nuevas estimaciones en materia de empleo. Éstas parten de que en el último trimestre el mercado de trabajo se comportó de forma similar al mismo período del año interior, para concluir que en 1987 se crearon 333.000 empleos adicionales (3% de aumento) a los 260.000 de 1986 y en el presente la ocupación podría aumentar en 297.2000 (un 2,6%).
Los ingresos no financieros del Estado aumentaron un 23,8% (hasta 7,03 billones de pesetas). Las mayores desviaciones al alza sobre lo presupuestado se registraron en los impuestos sobre la renta (46,51% más que en 1986, hasta los 2,29 millones), sociedades (44,3',' de aumento, hasta
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0,75 billones) y especiales (40,5% de aumento, hasta 0,7 billones). Solchaga las atribuyó a cuatro factores ajenos al aumento de tipos: mayor actividad económica, aumento de1as relaciones con la Comunidad Europea, cambios en el calendario de liquidaciones por parte ¿le las empresas y regularización del IVA, tributo que recaudó 1,3 billones, el 29% más que en 1986.Déficit del EstadoCon. estos datos los impuestos directos o sobre el ingreso igualan en un 44,6% de peso sobre el total de: la:recaudación a los indirectos o sobre el consumo, principales agentes del aumento de la presión fiscal en años anteriores y que en 1987 sólo han aportado menos de 0,2 puntos, frente al 2% de los directos.
Por el contrario, los pagos nofinancieros crecieron un 17,6% (hasta 8,31 billones), con el siguiente reparto entre las mayores partidas: seguridad, protección y promoción social, 15,4% de aumento, hasta alcanzar los 2,1 billones; transferencias a corporaciones locales y -comunidades autónomas, 36,2%. y 1,3 billones; defensa, protección y seguridad ciudadana, 22,5% y 0,91 billones, e intereses de la deuda pública, descenso del 6,8% y 0,89 billones. El balance provisional de ingresos y pagos España-CE ofrece un superávit de 38.400 millones de pesetas, aunque parece que el 15 de enero (una vez liquidadadas algunas partidas correspondientes a finales de 1987) iría por los 66.000 millones.El déficit de caja del Estado se cerró así el pasado año en 1,33 billones, el 3,8% del producto interior bruto (PIB), contra el 4,5% del año anterior. Solchaga resaltó que sin pagos por intereses de la deuda no existiría ya déficit. La reducción de este desequilibrio ha sido mayor (desde el 5,1% al 3,7% del PIB) en términos de necesidad de financiación (incorporando sobre todo obligaciones pendientes de pago y derechos de cobro), e incluso como saldo neto a financiar, que añade la variación de activos y ofrece un recorte desde el 5,6% al 4,3% del PIB).
El endeudamiento del Estado ha aumentado en 1,7 billones de pesetas (hasta el 41,9% unque buena parte del mismo se aplicó a devolver dinero al Banco de España. Si se añade al Estado sus organismos autónomos y la Seguridad Social, el recorte del déficit ha sido desde el 5 27, al 3,59% del PIB, y el ministro apuntó que las administraciones periféricas no lo aumentarán: el pequeño desequilibrio que añadirán los ayuntamientos y diputaciones quizá sea compensado por el superávit de las autonomías.
Tras presentar estos resultados, el cuadro macroeconómico de 1987 y las proyecciones para 1988 que aparecen a la derecha, con especial énfasis en las de empleo, el ministro dijo que los buenos resultados recientes le han reafirmado en la tesis de que, sin una corrección de los desequilibrios básicos -precios, déficit público, déficit comercial y desempleo-, cualquier intento de crecer a base de estímulos artificiosos al consumo y a la inversión está condenado al fracaso. "Hay que hacer más cosas para crecer", precisó, "pero sin reavivar los desequilibrios. Hay que seguir manteniendo la mezcla de objetivos, pero con el mayor cuidado, para evitar posteriores ajustes que serían indeseables".
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