El trasplante cerebral para curar el mal de Parkinson, una revolución copernicana, según los científicos
El trasplante de cerebro a cerebro realizado por un equipo médico mexicano para curar la enfermedad de Parkinson es "comparable en importancia a la tesis de Copérnico", afirmó el neurocírujano estadounidense Abraham Lieberman. La operación consistió en extraer células cerebrales de un feto e implantarlas directamente en dos pacientes afectados por el mal, y se realizó en el centro médico La Raza, del Instituto Mexicano del Seguro Social, en septiembre pasado, bajo la dirección del científico mexicano Ignacio Madrazo.Lieberman, presidente de la Asociación para el Mal de Parkinson de Estados Unidos, dijo que "todavía hace falta tiempo para que la humanidad valore en toda su dimensión el procedimiento que vino a revolucionar la neurocirugía en el mundo". "El trasplante de cerebro a cerebro, realizado por científicos mexicanos, es un descubrimiento equiparable a la tesis de Copérnico, quien hacia el año 1400 cambió la idea de que el hombre y su planeta eran el centro del universo, tesis que al principio nadie aceptó", puntualizó Lieberman.
Madrazo y Rene Drucker perfeccionaron, hace unos dos años una técnica quirúrgica precursora de lo ahora realizado, consistente en implantar en el cerebro de personas afectadas por la enfermedad de Parkinson sus propias glándulas suprarrenales, que producen dopamina, un líquido indispensable para el buen funcionamiento del sistema motor. Este procedimiento produjo avances, aunque éstos fueron puestos en duda por científicos norteamericanos y europeos, lo que no impidió que se haya realizado ya más de un centenar de operaciones de ese tipo con buenos resultados en distintas partes del mundo, incluso en Estados Unidos. En septiembre pasado se puso en práctica, por primera vez en el mundo, un implante de células cerebrales de un feto -producto de un aborto- en el cerebro de dos pacientes: Mario Téllez Martínez y Leonor Cruz Bello.
"Ahora corro"
Uno de los pacientes es Téllez Martínez, de 50 años de edad y padre de seis hijos, quien dijo a la Prensa que "hace nueve años no caminaba y ahora corro seis kilómetros", gracias a la operación cerebral a que fue sometido el 12 de septiembre de 1987.La segunda paciente, Leonor Cruz Bello, de 35 años y madre de dos hijos, perdió -como consecuencia de la enfermedad de Parkinson- movilidad y al desplazarse arrastraba un pie, y ahora se encuentra en un período de rehabilitación.
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