Tregua unilateral de seis meses del grupo guerrillero colombiano M-19
El pasado viernes empezó a aclararse la situación del joven político social-conservador colombiano Andrés Pastrana, secuestrado el lunes anterior. No está en poder del Movimiento Diecinueve de Abril (M-19), sino de la mafia del narcotráfico. Un comunicado del grupo guerrillero fue el primero en culpar a los traficantes de la droga del atentado. El máximo dirigente del M-19, Carlos Pizarro, en una cinta magnetofónica enviada desde el Cauca, al sur del país, anunció ayer, por otra parte, que mañana iniciará una tregua unilateral de seis meses.Con el M-19 son dos ya los grupos guerrilleros que han anunciado el alto el fuego. Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) lo hizo antes. Su objetivo es garantizar que la elección de alcaldes del 13 de marzo se celebre sin contratiempos.
La familia Pastrana supo por una llamada telefónica que Andrés, hijo del ex presidente Misael Pastrana Borrero, estaba en poder de los narcotraficantes. Juan Carlos Pastrana comunicó a la Prensa el viernes por la tarde que su hermano está en poder de los extraditables, grupo de narcotraficantes que tiene como bandera la lucha contra el tratado de extradición con Estados Unidos.
El último golpe de los extraditables, responsables de numerosos atentados, ocurrió en noviembre de 1987, cuando estaba detenido Jorge Luis Ochoa y se hablaba de su extradición. El grupo trató de secuestrar al político y periodista de Medellín Juan Gómez. Al fracasar envíaron un mensaje a los medios de comunicación en el que anunciaban una guerra total a la clase política colombiana en caso de que se entregara a Ochoa.
Durante la vigencia del tratado suscrito en 1979, Colombia envió a EE UU a 15 narcotraficantes; la mayoría de ellos ya faeron juzgados y condenados por tribunales norteamericanos. De todos ellos, el único pez gordo es Carlos Ledhers Rivas. En este momento existe orden de captura con fines de extradición contra cinco de los grandes capos, miembros del llamado cártel de Medellín. Este grupo está acusado de introducir el 80% de la cocaína que se consume en Estados Unidos.
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