Egipto, en fuera de juego
La continuidad de la agitación palestina en los territorios ocupados por Israel en 1967 ha colocado en una posición particularmente embarazosa a Egipto, único país árabe que ha suscrito un tratado de paz con el Estado de Israel. El presidente egipcio, Hosni Mubarak, intenta retrasar lo máximo posible la aplicación de medidas contra Israel, pero la mayoría de los observadores políticos en El Cairo y Jerusalén cree que está estudiando la posibilidad de reducir el nivel de su representación diplomática en Israel.Egipto puede retirar a su embajador en Tel Aviv, un gesto de protesta efectuado ya a raíz de la invasión israelí de Líbano en 1982. Un mero encargado de negocios estuvo al frente de la Embajada de Egipto en Israel desde ese año hasta septiembre de 1987, fecha en que el país del Nilo volvió a elevar su representación al rango de embajador.
El embarazo egipcio es mayor a causa del restablecimiento de relaciones diplomáticas de nueve países árabes con El Cairo que siguió a la última cumbre extraordinaria árabe, celebrada en Amman. Un gesto egipcio de condena a Israel sería muy bien visto por los países que han reabierto sus embajadas en El Cairo.
En las últimas dos semanas, Egipto ha ido alzando paulatinamente el tono de su condena de los actuales sucesos en los territorios ocupados. En cinco ocasiones ha presentado a Israel notas de protesta.
Desde su ascensión en 1981 a la presidencia, tras el asesinato de su predecesor, Anuar el Sadat, firmante de la paz con Israel, Mubarak ha procurado mantener relaciones entre frías y tibias con el Estado israelí.
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