Asignatura científica
No emplearé mi derecho a réplica para explicar al doctor Renart que el anuncio a que se refería en esta sección el 4 de diciembre no es continuación del artículo que, firmado por 62 investigadores más, publiqué recientemente sobre la falta de sensibilidad de la sociedad española frente a la ciencia (EL PAÍS, 13 de noviembre). En el artículo a que se refiere el doctor Renart se exponen algunos de los claroscuros de la ciencia y sus gentes especialmente en el CSIC:1. El número de científicos en España es, comparativamente con el de otros países, sencillamente ridículo. Aunque este Gobierno ha hecho un gran esfuerzo, sigue siendo claramente insuficiente.
2. El futuro reglamento de CSIC no llega a pesar de todas las promesas y cabe preguntarse si se tendrán en cuenta las opiniones de todo el personal.
3. El nombramiento digital de la práctica totalidad de los miembros de los tribunales de oposiciones arroja serias dudas al menos sobre la existencia de una promoción interna basada exclusivamente en méritos científicos.
4. La elaboración del catálogo de puestos de trabajo se retrasa sin que nadie explique quién es el responsable, apartando así al personal del CSIC de cualquier mejora salarial significativa cuando se tiene una oportunidad histórica de hacerlo.
En este último punto reside la actual protesta de los investigadores del CSIC quienes, salarialmente hablando, son funcionarios de segunda división (Abc, 24 de noviembre, página 67). Obviamente, las publicaciones y otros aspectos de la acitividad científica bien hecha dignifican al investigador, pues todas las profesiones son dignificadas por el bu en hacer de sus miembros, pero no por ello esos profesionales dejan de reclamar mejoras salariales cuando lo consideran justo. Hasta el momento, alrededor de 300 investigadores han manifestado estar cansados de que las autoridades abusen sistemáticamente de su vocación y profesionalidad. De los demás científicos, unos no están de acuerdo con estas actuaciones (¡muy respetable!) y otros tienen una visión del mundo que empieza y termina en la puerta del laboratorio, pero es de común conocimiento que una buena parte de los científicos del CSIC simplemente tienen miedo a posibles represalias. Es increíble (pero es cierto) que esto suceda cuando se vive en democracia- de investigaciones Biológicas CSIC.
