Militares marroquíes apresados por el Polisario ponen en duda la utilidad de los muros
ENVIADA ESPECIALPara Mallah Allahli, teniente del Ejército marroquí la construcción del sexto muro "no garantiza" el control del Sáhara occidental por parte de sus compatriotas. Allahli forma parte del grupo de 26 soldados marroquíes hechos prisioneros en el ataque del Frente Polisario del pasado día 18 contra el sexto muro, en la región de Um Dreiga, al sur del Sáhara. Los prisioneros fueron presentados el miércoles a la Prensa que esperaba en Tinduf, en la frontera con Argelia, la llegada de la comisión técnica de la ONU y la OUA que estudia las condiciones para la celebración de un referéndum sobre el conflicto saharaui.
Allahli, de 56 años, miembro del 11º Regimiento marroquí, formaba parte de una de las unidades de intervención rápida encargadas del contraataque en caso de una irrupción saharaui en el interior del muro defensivo que marca el límite del territorio ocupado por los marroquíes. "A las cinco de la mañana fuimos atacados por los polisarios", relata el teniente marroquí. "Yo tenía mi base tres kilómetros al interior del muro, fui llamado y recibí la orden para desplazarme al lugar donde los saharauis, a ocho kilómetros de allí, habían logrado romper el sexto muro y penetrar en su interior", continúa.Allahli está sentado junto a sus compañeros sobre las arenas del desierto de Tinduf, a las afueras de una prisión provisional saharaui. Dos soldados permanecen tumbados debido a las heridas sufridas en combate, que recuerdan como "terrible" y que los saharauis dicen que ha costado la vida a 60 de los suyos.
"Caí herido casi inmediatamente después de entrar en combate. Todo fue muy rápido, pero pude ver cómo quedaron muertos sobre el terreno una docena de hombres de mi unidad", relata Allahli, para añadir que ha recibido buen trato por parte de los saharauis, que le sometieron a tratamiento médico. "Claro que sería absurdo decir, como afirman que ha hecho otro prisionero marroquí, que esto es mejor que la libertad de los pájaros".
Allahli se unió al Ejército para salir de las dificultades económicas. "La moral de las tropas marroquíes varía según los jefes que las dirigen". En los muros se es consciente de que no se está a salvo, añade Allahli. Un sargento, compañero suyo, añade: "Militarmente tienen un grave fallo, no hay espacio suficiente para que podamos maniobrar con rapidez ante un eventual contraataque". Para Allahli hay una dificultad suplementaria: "Ellos conocen bien el terreno, es la ventaja que les da el haber nacido en esta tierra".
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