Las cifras de una crísis

La crisis del cine francés tiene perfiles muy distintos de los que caracterizan la del español. El cine galo tuvo que luchar, en 1986, contra 950 películas emitidas por televisión, cifra que no incluye las programadas por las televisiones vecinas, ni las que se benefician de los satélites. De ese total de 950, un 56% eran de nacionalidad francesa.Actualmente el cine francés mantiene para sí el 43% del mercado interior, cifra de 1986 que significa ceder la prímacía del mercado al de EE UU, que se hizo con el 43,40%. EE UU sólo dejan para el resto del mundo un 3% de su mercado.

Detrás de esos porcentajes hay millones de espectadores, concretamente 163 en la Francia de 1986, lo que significa un 5% menos que el año anterior pero apenas un 4% si nos remitimos a 10 años antes, a 1977. En ese mismo período de tiempo España ha perdido casi dos tercios de sus espectadores de cine, que deser 211 millones ahora apenas son 84. Desde 1970 hasta 1985, Italia ha perdido el 77% del público cinematográfico, el Reino Unido el 65%,» RFA un 35% mientras que España casi alcanza a Italia con un dramático 69%. Ese retraimiento gravita de manera especial sobre la producción europea. El cine de EE UU también resulta perjudicado pero en menor medida. En 1985 el cine francés recaudó menos que cualquiera de los años inmediatamente anteriores en cualquier país de la Europa comunitaria.

Francia ha querido hacer de locomotora del cine continental, pero ni sus 140 o 150 largometrajes anuales, ni sus 5.154 salas de exhibición -en 1964 eran 5.582 (en España, entre 1969 y 1982 los cines en funcionamiento pasaron de 7.234 a 3.939, cifra que hoy es aún mucho menor) bast~n para sostener una industria que no se quiere autárquica, pero sí son aún una base sólida sobre la que replantearse el presente y esperar un futuro.