Ivan Gladki: "Las reformas económicas en la URSS no incluirán el despido de obreros"
La Perestroika llegará oficialmente a la industria soviética el próximo 1 de enero, de la mano de la ley sobre empresas estatales. El presidente del Comité Estatal de Trabajo de la URSS, Ivan Gladki, que ha visitado Barcelona, considera que los cambios deben ser radicales "para mejorar la competitividad de las empresas", aunque no hasta el punto de tocar algunos principios básicos del sistema: "El derecho al empleo está en la Constitución y nadie puede ser despedido", afirma.
Glaciki, que es miembro del Gobierno, ocupa un cargo similar en el e walafón al de Boris Eltsin, miembro del Politburó que el pasado 18 de noviembre fue nombrado presidente del Comité Estatal, de la Construcción, tras su destitución como responsable del partido en Moscú." El nuevo marco legal introducirá cambios importantes en la valeración de los salarios y abrirá el camino para que las empresas se autogestionen", afirma Glaciki. Mijail Gorbachov ha fijadc como prioritaria, junto a las reformas políticas, la imperiosa necesidad de modernizar el sistema productivo soviético para hacerlo competitivo. Gladki es taxativo en este aspecto: "Las empresas van a funcionar guiándose por los principios del cálculo económico y de la autofinanciación. Se producirán las diferencias salariales: si uno trabaja mejor, recibirá mejor salario", explica.El proyecto legal, que ha sido aprohado este año en diversas empresas piloto, pone un acento especiál en la participación. "Serán los trabajadores en sus asambleas quienes gestionarán las parlidas destinadas a la financiación de la empresa, a los servicios sociales y a los salarios". Sobre la representatividad en las empresas, Gladki destaca tambiér. cambios importantes: "Antes sólo decidía el comité sindical, ahora todos los trabajadores podrán participar a través de las asambleas y de sus delegados".
Los responsables soviéticos admiten que la perestroika va a encontrar resistencias no sólo en el aparato del Estado y del partido, sino en la sociedad civil y especialmente en los centros de pro,Jucción. Pese a ello, los opositores no verán amenazada su eswbilidad laboral, que el socialisnio soviético siempre ha presen ado como un triunfo: "Si alguien no se adapta, será trasladado a otro empleo, hay que asegurarle otro trabajo, porque esto es una norma constitucional".
La aplicación de las nuevas
tecnologías en las empresas y la optimización de costos tampoco pone en peligro el pleno empleo. Gladki responde con una amplia sonrisa a la pregunta de qué hacer con el excedente de mano de obra. "Tenemos un millón de puestos de trabajo sin cubrir por falta de recursos humanos y so mos conscientes de que en determinados sectores sobrará mano de obra, que canalizaremos ha cia otros sectores". Gladki afir ma que el desarrollo tecnológico debe permitir "invertir en el sec tor terciario, porque, francamen te, nuestros servicios están lejos de los niveles de los países desarrollados de Occidente".
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