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Economía prepara medidas legales para impedir que las cajas de ahorro copen el mercado de seguros

Economía y Hacienda prepara modificaciones legales para impedir que diversas cajas de ahorro copen el mercado de seguros de vida con operaciones que podrían vulnerar normas de la Comunidad Europea (CE).Las medidas, que consistirían en promover una enmienda al proyecto de ley de Presupuestos Generales del Estado para 1988 o añadir algunos párrafos al de Disciplina Bancaria, serán decididas por el Gobierno después de unas conversaciones previstas con Bruselas para finales del presente mes. Sólo entre tres cajas de ahorro catalanas han recaudado por dicho sistema algo más de un billón de pesetas, ingresos superiores a los de todo el sector asegurador.

La intervención del Gobierno ha sido solicitada, según fuentes informadas, por la patronal de seguros, Unespa. También algunos grandes bancos, e incluso otras cajas de ahorro, han presionado al respecto.Desde la propia Administración se ha seguido con inquietud el fuerte avance a expensas del seguro de La Caixa, la Caja de Barcelona y la Caja de Ahorros, de Cataluña. La primera, ya con un 40%. de sus recursos procedentes de operaciones de seguro, ha tenido la osadía de desplazar en el ranking financiero a los dos líderes históricos del mismo, el Banco Central y el Español de Crédito. A finales de agosto, La Caixa, dirigida por Josep Vilarasau, lucía en sus balances casi 1,9 billones de pesetas de recursos ajenos, unos 10.000 o 20.000 millones más que Banesto y Central.Ruptura de fronterasAparte de esgrimir las normas coniunitarias, los rivales de las cajas catalanas en esta disputa -interpretada en los sectores bancario y asegurador como un claro anticipo de la ruptura de frorteras entre las formas tradicionales de ahorro y segurose quejan de que sufren competencia desleal. Mientras la clientela de la banca debe tributar por los intereses percibidos como renta, los asegurados de las cajas pueden limitarse a declararlos como incrementos de patrimonio. Además, las cajas no tienen que inmovilizar por los coeficientes hasta un 30% de los recursos ajenos.Sólo esta última ventaja comparativa permite a las cajas ofrecer al cliente tipos de interés varios puntos superiores a los practicados por la banca o por otras compañías de seguros. "Ciertamente, trabajan con grandes ventajas, pese a que venden cuasi-depósitos", según un alto cargo de Economía y Hacienda, donde ya predomina la idea de que, salvo mayores sorpresas en las conversaciones con la CE, el asunto ha de resolverse con esta disyuntiva: "O queda autorizada a operar con seguros sólo La Caixa o no queda ninguna caja".El problema en torno al cual surgió formalmente la polémica se deriva de que la directiva comunitaria sobre seguros impone el criterio de que únicamente pueden realizar operaciones en el ramo de vida las entidades en cuyo objeto social figure esta actividad. Y, efectivamente, además de que en la CE hay algunas excepciones, La Caixa se llamaa desde 1909 Caja de Pensiones para la Vejez y de Ahorros de Cataluña y Baleares. Pero en la propia Administración se apunta que hace varios años La Caixa apenas tenía 3.000 millones de pesetas en seguros de vida, y actualmente supera los 800.000 millones.La condición de exclusividad en el objeto social fue recogida en 1984 por la ley de Ordenación del Seguro Privado. Sin embargo, un año después, la ley de Coeficientes Bancarios dejaba resquicio a que algunos intermediarios financieros operaran en seguros de vida, siempre y cuando mediara la separación patrimonial entre el negocio bancario y el asegurador. Al abrigo de esto, la respuesta de las cajas catalanas no se hizo esperar: a finales de 1986, año en que los grandes bancos aprovecharon la figura de los seguros con prima única para desviar hacia sus compañías de seguros filiales buena parte del dinero negro perseguido fiscalmente en otros refugios, La Caixa lucía en sus balances 626.000 millones de pesetas recaudados mediante la forma de seguros, frente a los 136.000 millones logrados a golpe de primas únicas por La Unión y El Fénix, del grupo Banesto.

También fue inmediata y efectiva la respuesta del sector asegurador, mayoritariamente controlado en España por la gran banca y por aseguradoras extranjeras: en enero pasado, la Comisión Europea afirmaba que la actuación de las cajas vulneraba las normas comunitarias, por lo que el Gobierno español quedaba apercibido sin plazo a hacer respetar el principio de objeto social único en el seguro de vida si quiere evitar una denuncia formal ante el Tribunal de Estrasburgo.

Según fuentes de la Administración española, aunque la decisión de presentar una enmienda a los Presupuestos de 1988 o de modificar el proyecto de ley de Disciplina Bancaria no se adoptará hasta después de las previstas conversaciones con la Comisión de Bruselas, mantener el resquicio abierto por la ley de coeficientes entrañaría constantes problemas. De ahí que la propia Caixa haya atendido las indicaciones para que frenara su expansión por la vía del seguro y de que se haya empezado a preparar para transferir el negocio asegurador hacia una compañía para la que acaba de recibir autorización: Vida Caixa.

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