La oposición acusa al Gobierno de vulnerar la ley presupuestaria
El Pleno, del Congreso inició ayer el debate de las enmiendas parciales presentadas por la oposición al proyecto de ley de Presupuestos Generales del Estado para 1988. El debate se centró en los títulos I y II del proyecto de ley, donde los distintos grupos parlamentarios pusieron de manifiesto que el Gobierno continúa incumpliendo la ley general Presupuestaria, por lo que hace dificil el control parlamentario.
Prácticamente toda la oposición pidió la devolución al Gobierno del título I, que lleva el epígrafe de "créditos y sus modificaciones". El diputado del Partido Liberal José Miguel Bravo de Lagura señaló que el presupuesto consolidado de todo el sector público es superior a los 14 billones de pesetas que figuran en el proyecto de ley. Añadió que hay organismos, como el Banco de España, que no figuran en los presupuestos, informa Europa Press.Por su parte, Manuel Renedo, de AP, habló de que se estaban desnaturalizando los presupuestos generales del Estado y que el proyecto de ley introduce inseguridad jurídica y vulnera la ley General Presupuestaria.
Para José María Rioboo, diputado del CDS, los presupuestos son un cheque en blanco para el Gobierno, y subrayó que el Parlamento no puede controlar la ejecución presupuestaria. En similares términos se pronunció el diputado Ramón Sala, de Minoría Catalana, quien indicó que el Gobierno debe enviar a las Cortes una nueva ley Presupuestara para no actuar con la discrecionalidad que está aplicando en la elaboración de los presupuestos.
El diputado socialista Francisco Fernández Marugán replicó que carece de sentido cuestionar la idoneidad de estos presupuestos.
El portavoz del Grupo Popular, Juan Ramón Calero, enmendó a la totalidad el título II del proyecto de ley de presupuestos, que lleva la denominación "De la gestión presupuestaria". Calero argumentó que se trata de "un cajón de sastre", donde caben el patrimonio la LODE, el patrimonio sindical, la ley de Contratos, etcétera.
Todas las enmiendas fueron rechazadas por los socialistas.
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