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LOS LÍMITES DE LA "PERESTROIKA"

Personas sanas son internadas en clínicas mentales de la URSS

Pilar Bonet

El diario soviético Komsomolskaia Pravda denunciaba ayer la complicidad de funcionarios, policías y psiquiatras en el internamiento forzado en clínicas mentales de personas totalmente sanas, tanto elementos críticos molestos para sus superiores como delincuentes dispuestos a librarse de una pena de cárcel a cambio de un soborno.Con el título de Tema prohibido, el órgano de las Juventudes Comunistas, o Komsomol, admitía la existencia de descontrol en la psiquiatría de la Unión Soviética y afirmaba que "las altas e impenetrables verjas han protegido durante años de la glasnost (transparencia informativa) a la ciencia y la práctica psiquiátrica". "Detrás de estas verjas tiene lugar la ilegalidad", señalaba el artículo.

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Komsomolskaia Pravda proponía que la reclusión en las clínicas mentales soviéticas, dependiente hasta ahora exclusivamente del diagnóstico médico, sea regulada mediante la intervención del juez, y revelaba la total indefensión del ciudadano al que se le ha certificado una enfermedad mental, a menudo de forma arbitraria y nada científica.

Uno de los casos citados era el de la joven Marina Pristavka, de 20 años, internada en Leningrado con el diagnóstico de esquizofrenia, por haber criticado a la dirección de su empresa y las condiciones de trabajo en ella reinantes.

El caso se remontaba a 1986 y a consecuencia de él habrían cesado y estarían sometidos a investigación criminal el jefe de una clínica psiquiátrica y dos médicos más.

Komsomolskaia Pravda no da cifras globales de los abusos de la psiquiatría en la URSS, pero afirma que "hay un montón", y que el interés por los sistemas filosóficos, la religión y el arte, e incluso Ia lucha por la verdad", se encuentran entre los criterios susceptibles de ser utilizados para diagnosticar una enfermedad mental.

"El silencio y también el voluntarismo y el sujetivismo que reinan en el sistema de diagnóstico y hospitalización en las clínicas psiquiátricas hicieron posibles los diversos abusos", señala el diario.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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