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Daniel Ortega anuncia que su Gobierno está dispuesto a negociar con la 'contra' a través de un intermediario

El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, anunció ayer en Managua que su Gobierno está dispuesto a negociar un alto el fuego con la contra a través de un intermediario. Ortega puntualizó que no aceptará "un diálogo político" con los grupos armados antisandinistas y anunció un indulto para 1.000 presos, incluidos algunos ex guardias somocistas. También ayer, el presidente de El Salvador, José Napoleón Duarte, dispuso un alto el fuego unilateral y decretó una amnistía amplia, horas antes de que venciera el plazo de 90 días fijado por el acuerdo de Esquipulas 2 para su entrada en vigor.

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En un discurso pronunciado en la capital nicaragüense, Ortega agregó que estaban aprobados sendos decretos para otorgar una amnistía y derogar el estado de emergencia, pero que éstos se aplicarían cuando cesara "la agresión contra Nicaragua" y así lo comprobara la comisión internacional de verificación y seguimiento, designada para cumplir los acuerdos de Esquipulas 2.En El Salvador, el presidente Duarte, en un mensaje emitido por televisión a todo el país, dijo que su Gobierno está preparado para "cumplir a cabalidad" los acuerdos irmados el 7 de agosto en Guatemala y que se han constituido en el más importante plan de paz elaborado en la región centroamericana. Duarte anunció que a partir del mediodía de ayer el Ejército suspenderá sus acciones militares ofensivas, dejará de utilizar las armas de largo alcance y dejará fuera de las actividades antisubversivas a la Marina y la Aviación, las que sólo podrán entrar en combate con autorización expresa del alto mando.

La guerrilla, que interrumpió un diálogo iniciado con el Gobierno en protesta por el asesinato en San Salvador de un destacado defensor de los derechos humanos, anunció por su parte que está dispuesta a reiniciar conversaciones con el Gobierno que conduzcan a una solución del conflicto. El presidente del Frente Democrático Revolucionario (FDR), ala política de la guerrilla, Guillermo Ungo, declaró en Panamá que los rebeldes continuarán apoyando un plan de paz para la región; aunque criticó las medidas anunciadas ayer por Duarte. "El alto el fuego [decretado por Duarte] no es lo que pide Esquipulas 2, carece de eficacia y es un simple juego de apariencias que a nadie ya engaña".

En Nicaragua, antes de producirse el anuncio de Ortega, el Gobierno sandinista había convocado un acto de masas para la tarde de ayer (madrugada de hoy en España) en Managua en el que se esperaba que el presidente anunciara nuevas medidas liberalizadoras antes de cumplirse el plazo de Esquipulas 2, informa José Comas. El vicepresidente, Sergio Ramírez, declaró por su parte que el Gobierno de Nicaragua está dispuesto a cumplir "al pie de la letra" el acuerdo. El arzobispo de Managua, cardenal Miguel Obando y Bravo, por su parte, negó que vaya a renunciar a su puesto de presidente de la Comisión Nacional de Reconciliación, pero manifestó su disgusto -antes de conocerse el anuncio de Ortega- por la negativa sandinista a dialogar con la dirección de la contra. Sin embargo, el cardenal estableció una distinción entre las declaraciones del FSLN y lo que diga el presidente Ortega, que es el firmante del acuerdo Esquipulas 2.

El Gobierno sandinista de Nicaragua había continuado recibiendo presiones para que aplicara una amnistía total y dialogara con la contra, pese a que esto último no lo exige Esquipulas 2. Los sandinistas hasta ahora habían rechazado todas las sugerencias para negociar con la contra y sostenido que el diálogo tenía que ser directamente con EE UU, que financia a la contra.

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La táctica de Managua parece orientada a hacer concesiones poco a poco y guardar sus bazas negociadoras, sin entregarlas todas de una vez. La situación económica obliga a los sandinistas a hacer concesiones, porque el Gobierno de Nicaragua se ve cada vez más incapaz de controlar la economía del país, donde la inflación rebasa el 1.000% y los salarios condenan al pueblo al hambre. En esta coyuntura económica, la apertura democrática resulta peligrosa para el Gobierno de Managua.

La ayuda de EE UU

La Cámara de Representantes de Estados Unidos, por su parte, aporobó ayer un proyecto de ley de fondos de emergencia que incluye la concesión de 3,2 millones de dólares (368 millones de pesetas) en ayuda humanitaria a la contra. El proyecto permite al Gobierno seguir operando hasta el próximo 16 de diciembre en los niveles fijados en el presupuesto fiscal de 1987, que finalizó el pasado 30 de setiembre. Ahora el proyecto debe pasar al Senado.En Washington se abre paso la creencias de que los sandinistas no tienen alternativa: si cumplen lo acordado en Esquipulas 2, la democratización producirá el resquebrajamiento interno del régimen y, si no cumplen, el Congreso aprobará más ayuda a la contra y seguirá una guerra todavía más dura.

La Casa Blanca, entretanto, negó ayer versiones según las cuales se disponía a pedir de inmediato al Congreso norteamericano 30 millones de dólares (unos 3.500 millones de pesetas) y aclaró que aún no ha tomado la decisión sobre la fecha en que solicitará al Congreso 270 millones (3 1.000 millones de pesetas) en ayuda humanitaria y militar a la guerrilla antisandinista. Antes del anuncio de Ortega, los líderes de la contra emitieron un comunicado a través de Radio Liberación en el que anunciaron que mantendrían su presión armada hasta que ambos bandos negociara un alto el fuego.

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